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Escalonitis aguda en el Valle

Por: Jorge Nain

A escasos días, por no decir horas, de abrirse el telón de la versión Cuadragésima Tercera del Festival de la Leyenda Vallenata, desde la capital del País percibo que en Valledupar se esta viviendo una Escalonitis aguda; todo gira, como debe ser, alrededor de la vida y obra del Maestro Rafael Calixto Escalona Martínez, el más grande de todos.

Lo primero que debo hacer en esta entrega es felicitar de manera especial a la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, en cabeza de su presidente, Rodolfo Molina Araujo, quienes han logrado con lujo de detalles que el país sepa lo que es y cómo debe ser un verdadero homenaje. Me cuentan que en mi querido Valle se siente Escalona en cada rincón, se cantan sus canciones en cada patio; mejor dicho, se transpira y respira a Rafael Escalona, “el general de todos los soles de la música vallenata”, como diría mi amigo Juan Rincón Vanegas.

Me le quito el sombrero a Rodolfo, quien, golpeado como nadie este año por todos los flancos, especialmente con el reciente y doloroso fallecimiento de su padre Hernando Molina Céspedes, aún así ha sacado energías, coraje y casta para realizar tal vez la mejor versión del Festival en sus 43 años de vida y el más grande de los homenajes que le hayan realizado a un ser humano en Colombia, que yo sepa.

La “Escalonitis aguda” se inició con la polémica que generó el afiche oficial del Festival y un segundo afiche con la aprobación de la familia Escalona, que circula y gusta en la región, pero que a la postre se convirtió en una mejor manera de realzar la imagen del más grande compositor de la historia de nuestra música.
No exagero cuando me atrevo a vaticinar que este puede llegar a ser el mejor de todos los Festivales Vallenatos de la historia, si no ocurre nada extraño, y doy mis argumentos:

Se han batido todos los records de concursantes inscritos, pero especialmente debo hacer énfasis en el número histórico de participantes en las categorías juvenil  e infantil, lo que demuestra que el semillero está rindiendo sus frutos.
Los lanzamientos en distintas ciudades del país (Barranquilla, Cartagena, Bogotá) han sido todo un éxito, pero se debe resaltar los lanzamientos  y presentaciones que se han efectuado en las distintas instituciones educativas de Valledupar, en los cuales me cuentan que los niños han vibrado y retozado, tocando y cantando las canciones del maestro Escalona.

Eventos alternos han enriquecido el Festival, como por ejemplo, el  concurso de pintura infantil “Canciones del Maestro Escalona” donde más de 200 niños dibujaron los mensajes de los éxitos del más grande de todos; el foro sobre la vida y obra de Escalona que se realizará como abre bocas del Festival ; en fin, Escalonitis aguda por donde se le mire.

Un homenaje como ninguno, el que bien ganado y merecido tiene “el más grande de todos” porque eso de poner a los participantes a interpretar como mínimo una canción del maestro Escalona en cada ronda, le aumentará la Escalonitis al Valle, aunque a muchos no le haya gustado la medida, me parece, a todas luces, acertada.
Otra decisión correcta de la Fundación, consiste en exigir a los participantes en la modalidad de acordeoneros que no repitan canciones en cada ronda que se presenten, pues hay que acabar con la mala costumbre de presentarse con cuatro canciones y repetirlas, como si no se supieran más.

Como todos los años me aventuro a entregar mis favoritos en la categoría acordeoneros profesionales, mis lectores no me perdonarían que omitiera ese pronóstico: Hermides Manzano García,  Manuel Eduardo Vega, Samuel Alberto Ariza, Almes Guillermo Granados, Fernando Isaac Rangel, Xavier Cammerer Ramos y Guillermo Ortiz Cuestas; entre estos se encuentra el nuevo Rey Profesional.

COLOFÓN:

Asistí el fin de semana pasado al lanzamiento de un trabajo musical que me dejó gratamente impresionado, se trata de una hermosa mujer nacida en Villanueva Guajira, cuyo nombre artístico es LUANA, quien derrocha talento a borbotones y tiene una propuesta musical fresca y urbana; pero, sobre todo, sin olvidar los patrones folclóricos y culturales de la Costa Caribe; con razón mis talentosos amigos Wilfran Castillo y Carlos Huertas jr, le han apostado a ese prospecto; es que definitivamente con la voz y el talento de esa mujer, tendremos pronto una estrella más en el firmamento artístico Colombiano; éxitos se ven venir, como “Cae la lluvia”.

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