“Simón salas le saco un son a Elvirita y Rafael le hizo un paseo a Marina, Emilianito le sacó a Carmen querida y Julio Suarez le hizo a Chavelita y Leandro Diaz le hizo a Cecilia una que vive en Urumita”, relata la canción: ‘A mí no me consuela nadie’, de Leandro Díaz.
Al igual que Leandro, el maestro Rafael Escalona se caracterizó por envolver en la narración de sus canciones realidades de tipo regional, de las cuales muchas se llaman por el nombre de su personaje.
Rafael fue uno de los compositores más ilustres que ha nacido en nuestro país por darle gloria a nuestra cultura con la sencillez de su poesía.
Rafael nunca imaginó que todas sus canciones fueran éxitos musicales; la mayoría improvisadas. Para componerlas nunca tomó lápiz, tampoco papel para plasmar allí su idea, fue incapaz de tocar un instrumento musical; fue de esos compositores que les cantaba a las vivencias hechas con sus amigos.
LA PRIMERA CANCIÓN DE ESCALONA
Su primera canción en 1936, con apenas 9 años, Rafael fue matriculado en el colegio Loperena, Heriberto Castañeda, rector del plantel, con quien Escalona tuvo grandes lazos de amistad, fue trasladado a Riohacha, pero no sin antes oír una canción que se tituló ‘El profe Castañeda’.
A Escalona no se le escapó enamorada alguna a quien no le alegrara el corazón con una canción. Entre ellas a Esperanza, Consuelo, María Tere (Antioqueña de ojos verdes a quien conoció en Cali) ‘La Maye’ (Su esposa) Dina Luz (con quien convivió muchos años en Panamá) ‘La mona del Cañahuate’; Carmen Helena Rodríguez (madre de Marlon, Pachín y Carmen Helena) ‘La Plateña’ (Carmen Alfaro), ‘La Brasilera’ (Piedad Dos santos) ‘La molinera’, Nube Rosada (compuesta a la monteriana Clarena Padilla) al igual que a sus hijas Ada Luz y Rosa María, a quienes complacía en su inocencia con la calidez de una canción.
EL CIRCULO DEL MAESTRO
Rafael Escalona siempre fue un hombre cercano al poder, parte de sus canciones fueron hechas en homenaje a sus amigos, compuso a Miguel Canales, Beltrán Orozco, Urbanito Castro, Emiliano Zuleta y ‘Pepe’ Castro con ‘El Cristo de Mariangola’, a quienes les brindó cariño a través de ellas y a ilustres políticos a quienes les dio reconocimiento Nacional como a Guillermo León Valencia, Alfonso López y Pedro Castro a los que ensalzó en la historia clásica del vallenato; todas grabadas y catapultadas en el universo musical.
SU AMIGO PRESIDENTE
López, compinche de muchos años de parranda, bebetas y de amistad con Escalona, en su carrera a la presidencia en 1974 engalana a su amigo con su canto: “López es el pollo, López es el gallo, el presidente que Colombia necesita”, este éxito le valió su nombramiento como cónsul de Colombia en Colón; allí hizo estrecha y valiosa amistad con el general Omar Torrijos, presidente de la República de Panamá, a quien homenajeó con la canción: ‘La misión de Rafael’.
TAMBIÉN AL PRESIDENTE BETANCUR
Igual con el expresidente Belisario Betancur, a quien le compuso: “…De un cielo lejano azul un avión llegó temprano trajo a Fabito Lozano y a Belisario Betancur y esto gritaba la gente que andaba por todas partes; dos tipos tan importantes que pueden ser presidente, el uno es muy liberal y el otro godo decente…”
Escalona se conoció con el General en el Batallón Rondón de Buenavista, a quien le aceptó una invitación a la capital; allí se hizo acompañar de Víctor Soto, su primer acordeonero para ir a homenajear al Presidente en el Palacio Presidencial un 7 de agosto de 1956, con la canción que le compuso al general Gustavo Rojas Pinilla ‘El General’, aún sigue inédita; algunos críticos dicen que el maestro Escalona la ocultó al caer la dictadura de Rojas y algunos no le perdonan haberlo elevado de dictador a libertador.
A GARCÍA MÁRQUEZ
A ‘Gabo’ le compuso ‘El Vallenato Nobel’, obra interpretada por primera vez en 1982 ante la emoción de los reyes, por los Hermanos Zuleta, en Estocolmo, en la entrega del merecido reconocimiento al premio Nobel de Literatura Universal Gabriel García Márquez.
El maestro en sentido homenaje le cantó a su buen amigo Jaime Molina cuando tristemente se enteró de su partida en 1978; también le compuso a ‘Emilianito’ en 1945 cuando supo por boca de Beltrán Orozco de una penosa enfermedad que padecía: “… ayer en el valle me vino la noticia; a mí me dijo un hombre que Emiliano está mal. Me mortifica que muchacho tan joven por falta de malicia se deje maltratar. Como Emiliano es devoto del Ecce Homo yo le ofrecí un milagro y se pueda mejorar. Me han dicho que el hombre vive solo que ya no toca el zorro y que ni a Manaure va. Dígale a Emiliano que venga para acá porque Rafael lo mando a llamar …”