X

Escalofriante la inseguridad en Valledupar

El hurto callejero y en residencias, el atraco a mano armada a personas e instituciones, el robo de vehículos en las calles de la ciudad, el fleteo, el sicariato y otras modalidades delictivas, marcan los titulares de las principales noticias de los periódicos y de otros medios. La ciudadanía ha entrado en pánico colectivo, cada quien contabiliza su nuevo amanecer como su último día; nadie está seguro; atracan las peluquerías, en los bancos, fiestas y funerales; la degradación del crimen no tiene límites, ni excluye destinatarios, hasta los policías son victimizados; ningún lugar ni hora son seguros.

Los delincuentes son tan intrépidos y eficaces que no parecen de aquí, son bandas de expertos que parece vinieron a quedarse, casas gratis les habrán asignado, una modalidad de masoquismo institucional, hasta allá llegó el asistencialismo demagógico. Ojalá volviéramos a ver las casitas de calicanto y tejas coloradas del viejo Valledupar que nos pintó ‘El Veje’. Porque, de ¿de qué nos sirve esta urbe de bellos barrios y edificios, cruzada por carros y motos con bandidos a bordo pero insegura? ¿Qué han hecho los alcaldes en los últimos años para ofrecernos una ciudad amable y segura como jefes de policía? ¿Por qué dejaron que las cosas se les desbordaran y degradaran de esa manera? Claro, esto no es de ahora, el crimen organizado se viene consolidando hace años ante la mirada angustiosa e inerme de la ciudadanía.

La tasa de homicidios entre setiembre de 2014 y setiembre de 2015 aumentó 62 % en la ciudad al pasar de 50 a 81 muertes, 27 % de ellas entre 18 y 23 años, la franja de los llamados “milenians”, 64 % entre 24 y 59 años, e incluso, 9 % menores de edad. Según “Valledupar Cómo Vamos”, en 2015 el 20 % de la población fue victimizada. En 2014, más del 44 % de los homicidios del Cesar tuvo lugar en la capital y por el 43 % de los hechos se le atribuyó a los sicarios. Ese mismo año, Valledupar figuró como la ciudad más violenta del Caribe colombiano con una tasa de mortalidad criminal de 53.12 por cada cien mil habitantes y a nivel nacional fuimos decimoterceros. (Instituto de Medicina Legal).

Hoy, el problema fundamental de Valledupar no es la movilidad, es la inseguridad, y hacia allá se deben dirigir todos los esfuerzos institucionales, más vale tarde que nunca. Quizás ha existido mucha tolerancia y santanderismo, los cuerpos de inteligencia conocen todas las guaridas de los delincuentes, a veces los agarran pero los jueces los liberan por tecnicismos. Creo, sin exagerar, que se debe llegar más allá de los códigos, la letra con sangre entra, decía Evangelista Quintana, tomado de un cuadro de Goya que ridiculizaba los métodos de fuerza, pero los hechos son tozudos y toda regla tiene su excepción.
*********
Otro sí. Valiente la posición del ministro de la salud, Alejandro Gaviria, al enfrentarse a la multidroga Novartis que ve en los enfermos de cáncer y de la salud, en general, el mejor negocio del mundo. El Congreso está en mora de legislar en favor de la salud de los colombianos.

Categories: Columnista
Luis_Napoleon_de_Armas_P.: