Sinsabor es lo que prima en la sociedad cesarense y guajira tras el comentario del humorista Fabio Zuleta y el supuesto palabrero Roberto Barroso por discriminación, cosificación, trata, racismo y burla contra las mujeres indígenas de La Guajira.
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A través de una misiva, el Consejo Consultivo de Mujeres del municipio de Valledupar rechazó de manera categórica y contundente el comentario, catalogándolo como una “forma machista y patriarcal” como se discriminó a este conglomerado de mujeres de la etnia wayuu a través del programa humorístico en el espacio radial de la emisora Cardenal Estéreo.
“Rechazamos estas posturas misóginas que ofenden la dignidad de nuestras hermanas Wayuu. Señor Fabio Zuleta le queremos aclarar que la dignidad de las mujeres indígenas se respeta; no pueden ser objetos de burlas. Ellas son sujetas sociales, son sujetas de derechos que por años han sido discriminadas. Por estas razones y todo lo anteriormente expuesto le exigimos a usted y a la emisora por la que se difundió la información rectificar públicamente su postura frente a este hecho”, sustentaron.
Además solicitan que la emisora Cardenal Estéreo permita una réplica en el mismo horario y en la misma red noticiosa la opinión de las mujeres wayúu en contra de lo dicho por Fabio Zuleta para condenar socialmente lo expresado. “Las palabras construyen, pero también destruyen. La mejor forma de construir paz es respetando la condición humana en lo social, cultural, étnico racial y de género de todos los individuos y ante todo respetando la vida”.
Cabe recordar que el Consejo Consultivo de Mujeres del municipio de Valledupar fue creado, mediante el Acuerdo 013 del 15 de junio del 2015, como instancia de coordinación entre las mujeres del municipio y la administración municipal, el cual está conformado por 25 organizaciones representantes de las mujeres existentes en el municipio de Valledupar y su área corregimental e incidencia en el departamento del Cesar.
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La diputada Claudia Margarita Zuleta, sobrina del humorista, lamentó la expresión, argumentando: “Encuentro muy desafortunada sus palabras. Creo que cometió un gran error, más no un delito. En su forma de hacer humor costumbrista cometió el error de utilizar una expresión popular y vulgarizarla, intentando hacer humor y un mal chiste, que ofende a la raza guajira y a todas las mujeres, por lo que nos sentimos lastimadas con este tipo de expresiones. Hoy él reconoce el error; dio excusas públicas, pero seguramente debe dar otros pasos para reivindicar ese lamentable suceso”.
Por sus parte, el presidente de la Duma, Miguel Ángel Gutiérrez, manifestó: “Desde ningún punto de vista una persona puede denigrar o hablar tan despectivamente de una cultura tradicional como la indígena wayúu, mucho menos al referirse a las niñas o mujeres. La idiosincrasia no marca el camino de lo que hoy necesita la sociedad, por eso es nuestro deber saber expresarnos desde cualquier arte porque faltar el respeto creyendo que se hace chiste, es hablar en general de toda una región. Rechazo categóricamente el lenguaje, forma de expresión y burla hecha contra las integrantes de la cultura wayuu”.
OPINIONES
Un ‘mar de opiniones surge ante este desafortunado episodio de Valledupar. La economista y activista política, Imelda Daza, catalogó el episodio como “vergonzoso, denigrante, condenable e inaceptable en alguien que posa de periodista”. Para ella se trató a un rasgo cultural del pueblo wayuu de manera analfabeta y mal interpretado.
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“Quiere dorar la píldora diciendo que era una broma y que lo decía sanamente, pero no se puede ofender a un pueblo de esta forma. Lo que él hizo fue una grave ofensa contra el pueblo guajiro en general. Él se refiere a una ‘dote’ cuando la joven se casa, que tiene una explicación sencilla: no es una compra-venta de mujeres, sino el futuro para hija y nietos. Estos hechos deben condenarse y exigir que ejemplarmente se condenen y que se apliquen las sanciones que la ley contempla cuando se denigra de un pueblo y grupo social. Eso no puede quedar impune”, enfatizó.
A nivel local, la concejala Thelma Gómez Strauch subrayó que el derecho a la libertad de expresión, a través de chistes o comentarios no puede atacar y violentar el derecho a la integridad y dignidad de otras personas, sean mujeres o hombres, así como hacer referencia a prácticas de tráfico y ventas de los mismos porque eso es indirectamente hacer promoción sobre ello y más si se está en un medio de comunicación, donde no solo le escuchan adultos sino también niños.
Luis Fernando Quintero, presidente del Concejo de Valledupar, arropó a las mujeres de la región, al expresar que esos improperios hacia la mujer de una manera irrespetuosa, lo que hace es afectar la sociedad y valores.
“Las mujeres indígenas como la wayú merecen ser respetada y no catalogadas como ‘cosas’ que se venden o se compran, puesto que merecen respeto. Por consiguiente es inaceptable esa clase de comentarios que atentan y afectan la imagen y la realidad de la cultura indígena. Que le caiga todo el peso de la ley y le quiten el programa para que mida lo que expresa al aire”, acotó.
Por su parte, la joven concejala Mariam Muvdi expresó: “Es increíble que estos hechos aún se presenten, máxime cuando hoy (ayer) era el Día Nacional por la Dignidad de las Mujeres Víctimas de la Violencia Sexual en el Marco del Conflicto Armado. Rechazo categóricamente todo tipo de maltrato a las mujeres, ya sea físico, psicológico, verbal y de cualquier tipo, puesto que es inaceptable. Lo ocurrido denota una gran falta de los principios más básicos como el respeto en algunas esferas de la sociedad, sin duda todas las mujeres debemos seguir trabajando por nuestros derechos como mujeres”.
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La licenciada en idiomas y guajira, Yulaidis Flórez, aseguró: “El señor Fabio Zuleta debe de actualizase, darse cuenta que el mundo constantemente está cambiado, nosotros no debemos quedarnos en un pasado obsoleto y con ideas que nos han venido destruyendo a lo largo de nuestra existencia. Es importante reconocer que los seres humanos debemos ser respetados desde nuestra individualidad, pensamiento y libertad del ser puesto que tenemos derecho a tener un entorno sano”.
OPINIONES ENCONTRADAS
En contraste existen personas que no ven el suceso como algo del “otro mundo”, puesto que para ellos es un “grito a voces”, que algunos no querían ver y que ocurre en la sociedad que no es indígena con otros nombres y calificativos.
“Es lamentable lo de las indígenas; pero es tan rentable eso de la venta del cuerpo que hasta las de la ‘alta sociedad’ ya lo replican, o si no, pregúnteles a las ‘prepago’. A esto le han armado su escándalo porque quieren tapar uno de grandes proporciones: una práctica antiquísima y ahora es que se escandalizan. ¿Por qué no lo habían denunciado antes? claro, porque ellos comen de ahí. Miremos como mueren de hambre los indígenas en Colombia, y no hacen tanto escándalo, y si se prostituyen para comer, ¿quién es el culpable?”, comentó a través de Facebook el abogado Hernando Redondo.
Significado de “La dote”
La Organización Nacional Indígena de Colombia, Onic, hizo claridad sobre el significado de lo que es una dote (pa ´naa) y un palabrero dentro de la cultura wayúu.
“En wayuunaiki, pau es estar dentro y guardada, así se describe el proceso de aprendizaje de las mujeres al cumplir con su ritual de la primera menstruación. Por lo tanto, pa ´naa se deriva de la palabra anterior y se refiere a ingresar en la intimidad del hogar, es la palabra que se utiliza para conformar la institucionalidad de un matrimonio wayúu”.
Para los indígenas, el hombre wayúu simbólicamente entrega unos bienes para representar y manifestar su respeto a la familia de la mujer con la que va a entrar en intimidad. “El pa ´naa incluye joyas y animales como ovejas, cabras, vacas, caballos y mulas”.
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¿Qué pasó?
“¿Cuánto cuesta una chinita de 20 años como para mí? Yo quiero una sin pelo, la que me van a traer a mí que no se mueva para yo enseñarla y tenerla encerrada porque me la quitan”, dijo el locutor. El entrevistado le respondió que puede comprar a una mujer por cinco millones de pesos”. Este fue el comentario que desató la ‘furia’ de ideas, indignación e impotencia de las mujeres del país.
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/EL PILÓN annelise.barriga@elpilon.com.co