La Unesco inscribió el pasado martes al vallenato en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia, porque considera que es un género musical tradicional surgido de la fusión de expresiones culturales del norte de Colombia: canciones de los vaqueros del Magdalena Grande, cantos de los esclavos africanos y ritmos de danzas tradicionales de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Carlos Llanos Diazgranados, director ejecutivo de la Corporación Clúster de la Cultura y la Música vallenata, entidad encargada de abanderar el proyecto del Plan Especial de Salvaguardia que sirvió para conseguir el reconocimiento, habló en exclusiva con NUESTRA CULTURA.
¿Qué es el Clúster de la Música Vallenata?
Es una organización compuesta por personas jurídicas, allí están la Universidad Popular del Cesar, la Fundación de Andrés ‘El Turco’ Gil, Fundación Reyes y Juglares Vallenatos, Fundación Cantautores Vallenatos, Corporación Chingalé, en total son 14 entidades, de ahí en adelante hemos tenido unos retiros e ingresos. Hoy en día está la Corporación Francisco El Hombre de La Guajira, Fundación Museo del Acordeón, entre otras.
Nos hemos preocupado de mejorar el entorno de la cadena productiva de la música vallenata, antes de entrar a apoyar puntualmente la empresa y el talento. Lo principal ha sido conseguir que la música vallenata fuera Patrimonio de la Nación y actualmente, Patrimonio de la Humanidad.
¿Cómo inició todo este proceso?
En noviembre de 2008 la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata le pide al Ministerio de Cultura la patrimonilización del Festival Vallenato, viene un experto y en una reunión que se hizo en las instalaciones de la Fundación hizo una exposición sobre lo qué es el patrimonio y la salvaguardia, para concluir que el Festival no tenía los requisitos para patrimonio. Entonces dio la iniciativa para que adelantáramos el tema no como Festival sino con la manifestación. Entonces comenzamos a trabajar Santander Durán Escalona, Rosendo Romero Ospino, Adrián Villamizar Zapata, Estela Durán Escalona, Lolita Acosta Maestre y Carlos Llanos Diazgranados.
Durante cuatro años aproximadamente visitamos todas las regiones y municipios donde más se concentrara la historia del folclor vallenato, recogimos anécdotas para enriquecer ese Plan Especial de Salvaguardia, PES.
En noviembre de 2013 sustentamos ante el Consejo Nacional de Patrimonio este PES y fue aprobado inmediatamente, sin deliberación. Llevamos a la dinastía López (Pablo López, Pablo López Jr., y Navín López) y a Santander Durán, quienes mostraron los cuatro aires de la música vallenata, y Adrián Villamizar llevó un niño ciego para que cantara la canción ‘Ciego nosotros’. Al año siguiente se firma la resolución y el vallenato es declarado Patrimonio Cultural de la Nación.
¿Qué pasó después?
El Ministerio de Cultura nos contrata para redactar la solicitud de salvaguardia para la Unesco. Todos estos procesos fueron asesorados profesionalmente y tuvimos el apoyo del grupo de Patrimonio Inmaterial del Ministerio de Cultura, liderados por Adriana Molano Arenas que era la coordinadora, los asesores fueron Patrick Morales Thomas, Martín Andrades Pérez y Sebastián Nicolás Camacho, que actualmente es el coordinador y Alberto Escobar, quien defendió la ponencia hace unos días en Namibia, África.
El vídeo que exige la Unesco lo contrató el Ministerio con Ciro Guerra con la asesoría nuestra.
¿Qué gana el vallenato con el reconocimiento de la Unesco?
Va a generar un aumento de turistas y visitas a la zona, tenemos que prepararnos para eso, afortunadamente hay un buen ambiente con el nuevo alcalde y gobernador sobre ese tema. Cuando se escoge a la firma que hace el diseño del Centro Cultural de la Música Vallenata, que propuso el gobernador actual (Luis Monsalvo), la firma española que se ganó la licitación estudia toda la bibliografía de la música vallenata tradicional y concluyeron que la hoja de ruta a seguir es el Plan Especial de Salvaguardia.
¿Por qué Patrimonio Inmaterial de la Humanidad?
Es un reconocimiento de promoción y circulación para el talento, además de crear oportunidades para dignificación del oficio porque al cajero, guacharaquero, músicos en general, no se les paga bien. Ese ambiente de expectativa creado va a generar mayores oportunidades de desarrollos, va a permitir mayor acceso de recursos para capacitaciones, para repetir ese congreso internacional de música vallenata, para repetir Festival al Parque, es un rótulo que si no lo aprovechamos se tendría como un diploma pegado en la pared y no es eso lo que queremos, tenemos que aprovechar esas expectativas que generan un reconocimiento de este tipo y salvaguardar la identidad cultural de la región.
Tenemos que permitir que siga cumpliendo la función social que tiene, la principal es ese elemento integrador de los diferentes estratos sociales.
¿Por qué inicialmente se habló de que el vallenato no entraría en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial?
El proceso de validación tiene unos requisitos, un comité evaluador, de las pequeñas postulaciones. A la lista de la salvaguarda se presentaron ocho postulaciones y ellos nada más recomendaron tres, la música vallenata no la recomendaron, pero el que toma la decisión final es un Comité Intergubernamental que son 23 países.
El comité no recomendó la música vallenata, ¿por qué?, de los cinco puntos que exigían el vallenato cumplía con cuatro, la faltante era que ellos decían no tener claridad sobre la aplicación geográfica donde se gestó la manifestación, concluimos que hubo una confusión en las traducciones ya que el PES se tradujo al inglés y francés, entonces digo yo que en la traducción se generó la confusión, pero no era un elemento que desvirtuara nuestro núcleo y que ameritada negarlo. Estaba muy claro en el documento original esa parte que ellos decían de ubicación, entonces el director del Patrimonio, Alberto Escobar, se fue muy bien documentado para la reunión del Comité Intergubernamental y sustentar la postulación, de tal manera que al final se aprobara como finalmente se hizo.
¿Qué sigue ahora?
Trabajo. Hay iniciativas de protección, capacitación, investigación, que se deben convertir en proyectos que tienen toda la viabilidad de hacerse a recursos. El Ministerio de Cultura curiosamente tiene toda la voluntad, pero no cuenta con un músculo financiero suficiente para apoyar este proceso. Hay que buscar otros aportes internacionales.
Yo le diría a la ciudadanía que tenemos una gran responsabilidad ante este proyecto, en tanto la cadena productiva de la música, como el sector privado y oficial, para garantizar que las iniciativas de protección identificadas en este documento, PES, sean una realidad, de tal manera que este regocijo no es un mérito del Clúster de la Cultura y de la Música Vallenata, es un mérito de todos los actores y gestores que han hecho la historia de la música vallenata, que nos permitió a nosotros recoger esas historias y hacer un resumen que pudiera sustentarse en la solicitud de salvaguarda urgente a la Unesco; es un reconocimiento de todos los entornos geográficos, históricos, en que está la música vallenata.
En Windhoek, Namibia, el Comité Intergubernamental de Patrimonio cultural inmaterial de la Unesco, compuesto por 23 países encargado de aprobar las propuestas que postulan todos los países interesados, anunció la inclusión de la música vallenata tradicional del Magdalena Grande en la Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial en necesidad de salvaguardia Urgente.
Las líneas estratégicas del PES se traducen en acciones y proyectos específicos que buscan mitigar los riesgos identificados:
1. Transmisión de conocimientos: formación, investigación y memoria. El propósito es abrir caminos para la recuperación de la memoria que puedan ser utilizados como una fuente de capacitación y formación de las nuevas generaciones en aspectos de la tradición, y recuperar su papel en la historia de la región de la Costa Caribe.
2. Fomento de la normatividad, políticas y organización sectorial. Promover la creación de formas de organización comunitaria que impulsen la implementación de normas para fomentar la creación, producción y circulación de la música vallenata tradicional, teniendo en cuenta la calidad de sus características poéticas, su diversidad rítmica y su sentido anecdótico, entre otros aspectos.
3. Promoción, difusión y comercialización. Actualmente no hay una difusión adecuada de los elementos culturales constitutivos de la música vallenata tradicional. Se han generado medidas para interactuar con diferentes medios de comunicación, públicos y privados, para motivarlos a promover a la música vallenata tradicional como patrimonio cultural inmaterial de la región y de todos los colombianos.
4. Seguimiento y evaluación. Como instancia de control, asesoría y evaluación del proceso de implementación del PES, la comunidad designó un Comité de Seguimiento al PES, compuesto por 11 miembros representantes de toda la región. Durante la elaboración del PES, la comunidad designó una entidad gestora que se encargará de liderar la adecuada ejecución de los proyectos de salvaguardia, dentro de las líneas estratégicas.
El vallenato es un género musical autóctono de la costa Caribe colombiana con epicentro en la antigua provincia de Padilla (actuales sur de La Guajira, norte del Cesar y oriente del Magdalena) y en la región sabanera de los departamentos de Bolívar, Sucre, Córdoba. Su popularidad se ha extendido en todo el país y en el exterior.
En el 2013 el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural aprobó el Plan Especial de Salvaguardia –PES- de esta manifestación y fue inscrita en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial del ámbito nacional.
El proceso de postulación inició en 2014 cuando el Gobierno colombiano, a través del Ministerio de Cultura y la Cancillería, envió a la Unesco el expediente para optar por esta inclusión.
“Tenemos que permitir que el vallenato siga cumpliendo la función social que tiene, la principal es ese elemento integrador de los diferentes estratos sociales”.
Por Carlos Mario Jiménez