En estos días varias personas me han comentado que dejaron su vehículo en el taller de servicio cuando se hastiaron de llevarlo una y otra vez sin que le solucionaran definitivamente el defecto de fábrica que tenía, unas veces más importante que otras, e incluso alguien me dijo que a las primeras de cambio (cuando descubrió que el motor goteaba aceite) se lo dejó al concesionario con la orden de no repararlo por garantía, y que únicamente aceptaban como solución que les cambiaran el semoviente o les devolvieran el parné.
Dejar tirado el vehículo en el taller de servicio es la peor de las decisiones, porque no sirve mucho como medio de presión, y los perjuicios que eso le cause al propietario no podrá reclamarlos porque nadie puede reclamar los perjuicios que se haya causado a sí mismo. Más bien, se puede predicar válidamente que la obligación de custodia y conservación del vehículo cesa cuando lo han dejado abandonado a su suerte, y no está en el taller de servicio para su reparación.
Eso de dar la orden de que no se repare el vehículo que está en garantía es contraproducente y medio arbitrario, porque si bien es cierto que el problema del vehículo se va a conservar intacto para que lo revise un perito y diga que se trata de un defecto de fábrica, si el propietario no le da al concesionario y al taller la oportunidad de repararlo, los libera de su obligación y pospone la única orden que se puede dar en ese caso: ¨reparen el defecto¨
Solo si la falla no es reparable, o no la han corregido después de usar todos los recursos de la técnica, la orden de no tocar el vehículo puede ser útil, pues al mal estado del automotor se suma el prontuario de los ingresos infructuosos al taller de servicio, con los efectos conocidos.
En general, si su vehículo tiene un defecto guárdelo en su garaje y haga que se lo revisen allí para que vean que el problema existe y se debe a un defecto de fábrica, pero no lo deje en el concesionario o en el taller porque lo más seguro es que se lo van a reparar, y después de vehículo reparado no hay Santa Lucia que valga.
Su inconformidad, frustración e ira santa porque su vehículo nuevo tiene problemas son muy respetables, pero dejar allí el vehículo solo agrega un problema al problema, así usted crea que con eso gana algo.
Derecho del Consumidor de Vehículos
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