“Yo hice una exposición hace tiempo en el Compai Chipuco, y al alcalde de esa época le gustó. Me llamó para que hicieran una escultura de la Pilonera. La señora Consuelo Araujo también quería una maqueta de la Pilonera, porque me pidieron que hiciera una. Ardila Lule había prometido un proyecto para Valledupar, una escultura. En ese entonces, la señora Consuelo Araújo era ministra de Cultura. Yo le dejé la maqueta; la hicimos en Bogotá. Ella estaba gestionando el proyecto, así que yo la bauticé “La Pilonera Mayor” porque era la más grande, algo muy solemne, muy elegante y muy importante. Esta escultura tiene una gran simbología”, asegura la artista plástica vallenata, Jacqueline Celedón Aponte, en el salón de la Casa Castro Monsalvo junto a su obra en bronce.
La obra “Pilonera Mayor” de Jacqueline Celedón es un emblema de la cultura vallenata, que no solo celebra la danza del pilón, sino que también rinde homenaje a las mujeres que han mantenido vivas estas tradiciones. Celedón Aponte visionaba esa pieza a tamaño glorieta como algo que las personas no solo pudieran ver y tomar fotos, sino interactuar con ella, en sus palabras: “Algo así como la Torre Eiffel”.
La historia y la actual escultura terminaron por escribir otra cosa. Lo que la ciudad y el país conocen como “Pilonera Mayor”, es la obra del también escultor Amilkar Ariza, inspirado en la imagen de Consuelo Araújo Noguera, “La Cacica”.
La creación de “Pilonera Mayor” original
Jacqueline Celedón, escultora reconocida por su trabajo en bronce, fue la llamada para crear un homenaje a las piloneras, de ahí nació el nombre “Pilonera Mayor”. La danza del Pilón en la que hombres y mujeres se unen para pilar el maíz, “es un espacio de encuentro donde se rompen las barreras sociales, permitiendo que personas de diferentes estratos se unan en celebración”, relata la artista plástica vallenata. En este contexto, la figura de la pilonera emerge como un símbolo de alegría y unidad, representando a las mujeres que danzan y celebran la vida.
Pensando en que las tradiciones son para siempre y deben ser un recordatorio constante de nuestra identidad, la escultura se hizo principalmente de bronce, un material elegido por su durabilidad y belleza. Además, incorpora acero 3004 y pintura electrostática, lo que añade textura y color a la obra. Celedón ha explicado que los colores utilizados tienen significados profundos: “El azul (producto de un ácido sobre el metal) representa el río Guatapurí y el rojo simboliza nuestras tierras”.
Tamaños miniatura de lo que Celedón reclama como “Pilonera Mayor” original, se distribuyeron como trofeos en los festivales vallenatos durante cuatro años, “se dieron de trofeo en homenaje a la señora Consuelo Araujo cuando murió, porque ya estaba gestionando todo esto”, afirma la artista.
Una falda pilonera de tres capas
La escultura no es solo una representación visual; es un compendio de simbolismos. “Un faldón de señoras de esa época, entonces yo dividí la falda en tres arandelas, digámoslo así, aún se usa (las faldas piloneras) para que lo entiendan, las tres clases sociales”, explica la artista plástica. Pero también dice que tres niveles representan nuestras herencias negras, indígenas y europeas. Esta división busca reflejar cómo, en la danza del pilón, las divisiones humanas desaparecen, porque en el baile nadie conoce de dinero, etnias o divisiones.
“En el pecho se representan las tres clases sociales y los tres instrumentos que componen la música vallenata. En mi simbología, estas representaciones van ascendiendo a lo largo del vestido y forman un “8”, un símbolo de abundancia, junto con dos círculos (internos). Finalmente, en la cabeza, hay un círculo que simboliza la unidad. Así, desaparecen las divisiones entre las tres clases sociales, y todos estamos unidos en este espacio representado en la cabeza”, describe Jacqueline Celedón. La obra invita a los espectadores a reflexionar sobre cómo el arte puede ser un vehículo para la cohesión social.
La escultura actual en la glorieta
Celedón proponía a nivel arquitectónico una obra que le perteneciera a la ciudad y al mundo. “Diseñé una estructura tan grande que la gente pudiera entrar por su base. La parte inferior se pudiera tener como una cafetería, y se asemeja a la Torre Eiffel, con tres miradores. Incluir escaleras y un ascensor para facilitar el acceso a los miradores, todo diseñado arquitectónicamente”, propone la artista.
En contraste con “Pilonera Mayor”, hecha por el artista Ariza, aunque la escultura actual en la glorieta de Valledupar también busca rendir homenaje a la danza del pilón, representando a la precursora del Festival Vallenato ante el mundo.
Esta misma ha sido objeto de controversias entre los críticos y los amantes del folclor vallenato. Algunos han señalado que la escultura en la glorieta no captura adecuadamente el movimiento ni el espíritu de la danza ni se parece a la Cacica.
Las críticas se centran en cómo se presenta el vestuario y el movimiento de baile, lo cual ha llevado a debates sobre la autenticidad cultural en el arte contemporáneo. Jacqueline Celedón ha defendido su obra original argumentando que “Pilonera Mayor” es un homenaje más profundo y respetuoso hacia las tradiciones vallenatas.
La obra “Pilonera Mayor” de Jacqueline Celedón no solo es una escultura; es una celebración de identidad cultural, unidad social y feminidad. A través de su arte, Celedón invita al espectador a participar en una conversación sobre las tradiciones vallenatas y su relevancia en el mundo contemporáneo.
Ambas obras de la “Pilonera Mayor” ofrecen perspectivas valiosas sobre el folclor vallenato. A medida que Valledupar continúa evolucionando como centro cultural los simbolismos de Celedón van de la mano con los pilares en derechos humanos que el mundo busca difundir. Es por eso que se fomenta un diálogo entre el pasado y el presente para asegurar que las tradiciones importan para que sigan siendo celebradas y respetadas.
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Por: Katlin Navarro Luna/EL PILÓN