La noticia económica del martes fue la publicación del Índice de Competitividad de Ciudades del 2021. Esta medición creada por el Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario es definida como una herramienta “que ofrece información pertinente y confiable que configura un diagnóstico de competitividad para las 32 ciudades capitales de Colombia”.
Estas calificaciones son un mensaje para los alcaldes: para algunos el mensaje dirá que “siga así, ese es el camino”; sin embargo, el mensaje para otros no será tan esperanzador: “Debe transformar la ciudad”.
La capital del departamento del Cesar ocupó el puesto 22, con una calificación de 4,51 sobre 10. Es decir, no somos competitivos. Nos va mal porque nuestras instituciones son débiles, la gestión de recursos es mala, no hay capacidad local de recaudo y es poca la transparencia en la contratación.
Siendo justos, la responsabilidad total no recae sobre el actual alcalde, que heredó muchos problemas. El gobernador también es responsable constitucionalmente del desarrollo económico de su territorio.
En infraestructura no competimos, según el estudio, porque no tenemos transporte público masivo, nuestra conectividad aérea es limitada (¡3 o 4 vuelos diarios, mientras Santa Marta tiene 50!), y porque son nulos los escenarios culturales (llamativo que Valledupar haya sacado 0 puntos en este ítems).
Estos son déficits que se solucionan con gestión e inversión. Allí tiene una gran responsabilidad el alcalde porque, como decíamos, aunque la responsabilidad no recae únicamente sobre él, el mejoramiento de estos resultados sí determinará su legado.
Este documento es una guía que determina dónde debe invertir. Centrar los esfuerzos en la penetración de las TIC en la ciudad (mayor acceso a internet y formación en programas digitales); exigir resultados en educación preescolar, primaria y secundaria, allí está el futuro (Valledupar debe ocupar los primeros lugares en las Pruebas Saber Pro 11).
Unir las universidades y las escuelas de formación tecnológica y técnicas para que preparen estudiantes con capacidades globales (la educación debe ser para el trabajo y el desarrollo humano).
Pero eso no es todo. Debemos atraer empresarios a la ciudad (en una calificación sobre 10, Valledupar sacó 2,03 en densidad empresarial). No hay dinámica empresarial. Debemos facilitarles las cosas, promover la transparencia y ser ágiles en los requisitos. La inversión genera empleo, y el empleo desarrollo. Y todo acompañado de una gran promoción de ciudad que se hace no entre los vallenatos, sino hacia afuera. Cerramos con una cita del estudio que marca la importancia de estos resultados: “La capacidad de resistir y afrontar los retos que representó la crisis está relacionada con los determinantes de la competitividad. En este sentido, el ICC 2021 se convierte en un insumo clave para que los gobiernos locales puedan tomar decisiones de política pública basadas en evidencia, contribuir al cierre de brechas regionales y emprender las acciones necesarias para la reactivación económica”.