Un principio de la buena administración pública es identificar claramente una necesidad de la población y también que esa necesidad tenga su origen en un problema o elemento que de ser corregido o atendido transformará para bien a la ciudadanía, le dará el mejor bienestar y producirá en ella un impacto sustancial.
Esa función del gobernante demanda su inteligencia y acierto junto a su equipo de gobierno.
Consideramos que además de los problemas que la gente asocia a la corrupción en la ejecución de los proyectos, se observan problemas vinculados a la deficiente estructuración y diseño de los proyectos. De hecho, hay un problema más grave aún.
Consiste en que a pesar de las necesidades no se alcanza siquiera a diseñar un proyecto. Hoy, verbigracia, en el OCAD PAZ de $1.7 billones, recursos de regalías predeterminados para los municipios afectados por el conflicto armado y en proceso de estabilización, hay aún del orden de $200.000 millones que no se han destinado a proyecto alguno por la sencilla razón de que no hay proyectos.
Así los municipios pierden grandes oportunidades. Más cuando ya se ha reducido esa bolsa para que no accedan 344 municipios de los denominados Zomac sino 170 llamados PDET, los que dentro de aquellos, con base en una rigurosa metodología, se escogieron como de atención prioritaria. En el Cesar son 8 de la zona norte.
Sumado a la frágil capacidad profesional de muchos municipios encontramos que no hay la disposición y voluntad de sus estamentos, gremios, concejos municipales y del propio gobernante de contratar y liderar unos equipos de formulación y estructuración de proyectos transformativos.
No se puede persistir en esta situación cuando es un verdadero cáncer de la administración pública. Bien se dice que los problemas que la aquejan no son estrictamente de falta de dinero sino de gestión, trabajo colectivo y multidisciplinario.
El Gobierno nacional ha transformado a Fonade y le ha puesto el nombre de EnTerritorio, entidad que se propone formularlos. Hacer la Preinversión de las obras y servicios municipales. Pero el inconveniente es que esa entidad le propone a las entidades territoriales que presta su servicios pero dado que los estudios correspondientes son especializados y deben ser contratados si el respectivo municipio o departamento no tiene presupuesto para ellos el convenio de servicios se torna fallido.
No hay aún, después de tanta trayectoria en la descentralización, conciencia de que dentro de la planeación presupuestal se deben prever los recursos necesarios de preinversion de aquella obra o servicio que desea poner en ejecución el Gobierno. Esa preinversion es fundamental porque además de hacer de verdad realidad un proyecto (aunque esté como diseño y planos en el papel) posibilita que en la contratación y ejecución no se presenten grandes obstáculos casi siempre situaciones que pudieron ser previstas con toda la anticipación.