En muy poco días deben conocerse los nombres (aunque no todos, pero sí la mayoría, porque algunos solo se hacen oficiales el día de la posesión) de los miembros de los nuevos gabinetes de los gobiernos tanto departamental del Cesar como del municipio de Valledupar. Hay muchas expectativas al respecto, en especial alrededor del alcalde electo Ernesto Orozco Durán.
Es ahí donde comienza entonces la puja de poderes entre los distintos partidos políticos, contratistas, financiadores, casas políticas y de todas las fuerzas políticas que, en el caso de Valledupar, la mayoría estuvo con Orozco y eso de antemano hace suponer que hay demasiados caciques para pocos indios.
En armonía con el eslogan de campaña del alcalde electo, bien vale la pena preguntarse ¿Ernesto cómo repartirá esto?, ello en razón a que es de conocimiento público que lo de él está precedido por una campaña de ocho años y a todo chorro. Fue un trabajo electoral que nunca se detuvo y que llegado el punto clímax no escatimó esfuerzos en desarrollar toda una infraestructura logística que demandó altos costos económicos.
No obstante, que el alcalde electo, en el marco del proceso de rendición de cuentas claras ante el Consejo Nacional electoral, reveló que de su propio pecunio invirtió 400 millones de pesos, es bien sabido que el esfuerzo económico de todos sus patrocinadores fue muy grande, tanto ahora como en la pasada campaña electoral.
Independiente de lo prometido en campaña y del esquema de gobierno que pretenderá imponer el alcalde electo, Ernesto tendrá una tarea muy complicada para tratar de complacer al ciento por ciento de todos los miembros de sus fuerzas aliadas, algo por ahora imposible si se tiene en cuenta la capacidad de burocracia, contratación y de presupuesto de Valledupar. Por todas esas razones, desde ya se ven venir prematuras reventazones y divorcios políticos.
Todo ello indica que de entrada el nuevo alcalde va a iniciar con muchas dificultades para la gobernabilidad y maniobrabilidad política que requiere un mandatario para garantizar el éxito de su gobierno. Cuando hay tantos compromisos de por medio, de toda índole y de todos los calibres, es casi imposible administrar con independencia y libertad.
Esa es una realidad palpable que está ahí a la vista de todos, pero no queremos ser ave de mal agüero, sino que, todo lo contrario, desde estas líneas, por el bien de Valledupar y su gente, vamos a desearle el mejor de los éxitos al alcalde electo Ernesto Orozco, sabemos que ya ha demostrado ser un buen gerente ejecutivo y con resultados eficientes, eso mismo se espera que le suceda durante su ejercicio de gobierno municipal.
Es fundamental que el alcalde electo tenga siempre presente que, más allá de la política partidista y en el complejo escenario de la administración municipal, la buena elección de su gabinete será crucial para el éxito de su gestión pública.
No pierda de vista señor alcalde que la conformación de un equipo competente y comprometido es esencial para abordar las miles de dificultades que en estos momentos enfrenta Valledupar. En este sentido, Ernesto Orozco está obligado a adoptar criterios sólidos y transparentes al seleccionar a los miembros de su gabinete.
Por el compromiso social con nuestra ciudad, hemos de sugerirle que tenga en cuenta factores como la competencia profesional, integridad y ética, capacidad de colaboración, conexión con la comunidad, representación de la diversidad, entre otros. Señor alcalde, no olvide nunca que su mayor y principal compromiso es con Valledupar, por eso es que se le va a medir y no por el nivel de satisfacción de los aliados de sus dos campañas.