Los días finales de noviembre, suelen ser un sinónimo de alegría para los consumidores ya que muchas empresas optan por hacer descuentos llamando la atención del consumidor debido a las ofertas irresistibles que se presentan en la mayoría de los casos.
Desde el 28 de noviembre reflexioné sobre lo que sucede en este mes en el que se promueve el consumo masivo o una tradición y que también es testigo de conversaciones globales importantes para el futuro del planeta en países de América y organizaciones ambientalistas. El Black Friday es una de las grandes etapas más esperadas del año, debido a sus grandes descuentos y compras compulsivas. Sin embargo, este día también ha generado preocupación por el aumento del consumismo irresponsable y su impacto medioambiental. En respuesta a este flagelo del consumismo, nace el Green Friday, un movimiento que promueve el consumo responsable, sostenible y consciente.
“Green Friday” o viernes verde ha sido una campaña en respuesta al Black Friday desde el 2015. Hubo otros movimientos en diferentes partes del mundo para bajar el consumo masivo y buscar dar la vuelta a los hábitos de consumo global y a sus impactos en el bienestar general.
Cada año, el Black Friday se convierte en un símbolo de consumo masivo. Ofertas irresistibles, largas filas y compras impulsivas son parte del espectáculo. Sin embargo, como emprendedores, es momento de replantear este modelo. ¿Qué pasaría si, en lugar de enfocarnos solo en el “comprar más”, pensamos en el “comprar mejor”? Aquí es donde entra el Green Friday, una alternativa que promueve un consumo consciente, responsable y sostenible.
El Green Friday no busca eliminar las compras, sino redirigirlas hacia prácticas más saludables para las personas y el planeta. En mi experiencia como emprendedor, he visto cómo el frenesí del Black Friday puede provocar agotamiento emocional en los consumidores y en algunos casos, decisiones que terminan generando arrepentimiento o endeudamiento innecesario, Observando algunos patrones de comportamiento que, en muchos casos, generan consecuencias indeseadas.
Las empresas que emplean en su estrategia de ventas una iniciativa con el Green Friday buscan fomentar prácticas sostenibles entre los consumidores, como apoyar a pequeños negocios, encontrar un cambio de conciencia hacia los problemas ambientales y adoptar segundas oportunidades para alargar la vida útil de los productos mediante la reparación y el reciclaje en lugar de comprar nuevos.
No se trata únicamente de reciclar y apoyar a negocios, sino de redirigirnos hacia un camino más sostenible y consciente para una mejor vida
Es claro que como consumidores somos solo una pieza del gran rompecabezas, pero al fin y al cabo somos una pieza importante para elegir el mundo que queremos. Vamos lento en movernos de un impulso de vida consumista a uno más sustentable, ético y digno para el planeta y personas. Esto requiere un cambio estructural profundo en diferentes niveles desde el individual hasta el planetario, el tiempo se nos está acabando y requerimos tomar en serio nuestro papel en acelerar el paso.
Autor: Thomas Joya