La reina del Carnaval de Barranquilla, Marcela García, estuvo en la capital de Cesar, invitada por la Junta Directiva del Club Valledupar para que participara en la Noche de Comparsas realizada el sábado anterior. Asegura que tiene una estrecha relación con esta ciudad desde hace muchos años por las amistades que tiene su familia y por eso lleva en su corazón el vallenato.
“Para mi este género se resume en tres palabras: pasión, amanecer y parranda”, sentencia esta joven comunicadora social, quien dice que volverá a Valledupar para la próxima edición del Festival de la Leyenda Vallenata.
A una semana de terminar el Carnaval de Barranquilla Marcela García continúa con sus actividades culturales para promover las carnestolendas en Colombia. Para ella es un honor mostrar la fiesta de su ciudad y aunque está sintiendo el cansancio de meses de trabajo sin descanso, todavía “siento la adrenalina carnavalera encima”.
EL PILÓN: ¿Cuéntenos sobre su presencia en Valledupar?
MARCELA GARCÍA: Mi misión como reina del Carnaval de Barranquilla no solamente es haber hecho una fiesta memorable, sino llevarlo a distintas partes de Colombia, por eso recibo invitaciones diariamente. Desde hace un mes me enviaron la invitación de la Noche de Comparsas en Valledupar, que muestra lo que era el carnaval hace unos años. Pero también vendré al Festival Vallenato.
E.P: ¿Qué sabe del Carnaval que se hacía en Valledupar?
M.G: Era muy similar al de Barranquilla. Como lo he dicho varias veces, en Barranquilla es simplemente un epicentro de lo que se lleva a cabo en el Caribe colombiano en el tema cultural. Por ejemplo, este año pudimos hacer un tributo al vallenato en el Carnaval de Barranquilla.
E.P: ¿Participó en el plan para hacerle el tributo al vallenato?
M.G: Sí. Una como reina del Carnaval elige quien va a tocar en la Lectura del Bando y en la Coronación. En el primer evento estuvo presente Martín Elías como cuota del vallenato, y en champeta Twister El Rey. En la Coronación estuvo Silvestre Dangond. Tuve también el placer y la fortuna de estar en el Festival de Orquestas porque se le rindió homenaje al género vallenato. El pueblo barranquillero también es ‘vallenatero’. Me siento muy orgullosa de haber mezclado el carnaval con el vallenato.
E.P: ¿Qué relación tienes con Valledupar?
M.G: Es muy grande. He venido a casi todos los festivales vallenatos, soy amante de este folclor. Pero, además, tengo una relación cercana con la ciudad y venido desde que era pequeña. Es una fiesta que atrae a muchos colombianos, yo siempre la promuevp y le digo a todo el mundo que hay que venir.
E.P: El martes de la semana pasada acabó el carnaval de Barranquilla, pero sigue trabajando, moviéndose. ¿Estas cansada?
M.G: La verdad, pensé que iba cansarme, pero ha sido imposible. Yo soy muy inquieta no duermo mucho, pero también tengo aun la adrenalina carnavalera encima. El próximo fin de semana estaré en Santa Marta. El Carnaval somos todos, y como no todos no pueden ir al Carnaval, entonces yo voy a donde estén los demás. Aquí queda bien el dicho: “Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña”.
E.P: ¿No le da guayabo cuando despierta y se da cuenta que ya no es la reina del Carnaval?
M.G: El guayabo ya llegó, porque del miércoles de ceniza me despojaron de todo, pero me quedaron recuerdos bonitos, como haber hecho un buen papel hasta el final. Esto ayuda para abrirle las puertas a la próxima reina. Así como me ayudaron las reinas anteriores yo quiero ayudar a las que vengan para que esa huella permanezca. Y decirle al mundo que hay un rinconcito en el mundo, que es Barranquilla, que hay que vivir.
E.P: Este Carnaval le dejó secuelas físicas y mentales
M.G: Nadie sabe lo que es ser reina del Carnaval. Queda uno con muchos morados en el cuerpo, pero definitivamente yo tendría 100 moretones más y dos rodillas más con tal de vivir otra vez una experiencia como esta. En el aspecto mental, todo lo que sucedió fue para bien. Viví la mejor experiencia, no solo como persona. Uno de esto sale con una maestría de vida, se crece como persona, uno se vuelve mucho más fuerte, más sabio, se comienza a entender el mundo en que vivimos y se da cuenta que lo más importante es no perder el rumbo. Todo fue bonito.
E.P: Incluyendo el ‘bullyng’ (matoneo) que le hicieron, porque le decían que no sabía bailar.
M.G: Incluyendo el bullying (risas), aunque hago un llamado a todo el mundo a que las redes sociales deben ser usadas con responsabilidad. Como periodista aprendí que todo lo que dijera tenía una responsabilidad, un deber. Hoy, todas las personas tienen voz, pero importante saber decir las cosas. Indiscutiblemente lo que sucedió ayudó para que los ojos se pusieran en Barranquilla. Me dio mucha fortaleza y me apegó mucho a Dios y a mi familia.
E.P: Unas palabras con las que resuma qué significa para usted el Festival Vallenato.
M.G: Te lo resumo en dos palabras: amanecer y parranda. Esto es una fiesta única, la gente no se imagina lo que se vive. No solo los artistas, me gusta ver tanto folclor, tanta cultura. El Festival también es pasión, baile. Muchas de mis mejores experiencias las he vivido acá.
Ser reina del carnaval es sueño cumplido. La gente no se imagina lo que es crecer con un mismo sueño toda la vida y poderlo cumplir. Desde que niña sabía qué era el Carnaval.
E.P: Pero eso también está relacionado con que su mamá (Mireya Caballero) haya sido reina.
M.G: Mi mamá fue reina del Carnaval de 1982. Cuando naces tú te enamoras del equipo de tu ciudad, a veces sin darte cuenta. Yo me crié en medio de la Batalla de Flores, ese sueño de ser reina nació conmigo, se dio conmigo. Si entran a mi casa entenderán por qué uno llora y se enamora con tan ganas de estas fiestas.
Por Rennier Asprilla