El Matoneo
Ala larga y vergonzosa lista de violaciones a los derechos fundamentales del niño, niña y adolescentes en Colombia, que va desde su reclutamiento forzado por parte de grupos armados al margen de la ley, pasando por violaciones y abusos sexuales, explotación sexual y laboral, entre muchas otras, se debe sumar lo que se ha dado en llamar El Matoneo, que es una de esas palabras, inventadas para identificar un fenómeno social relevante y en este caso puntual, hace alusión al comportamiento de un grupo de estudiantes que en las instituciones educativas se conciertan para amenazar, explotar, golpear y humillar a otros estudiantes del mismo plantel, prevaleciendo la ley del silencio, haciéndose difícil detectar el problema por parte de las autoridades, y cuando ello ocurre, es por lo general demasiado tarde. La palabra deriva de matón (na), es un sustantivo que aplica a persona bravucona o pendenciera que intenta intimidar a los demás, y por extensión aplica a los guardaespaldas.
Son muchos los casos de matoneo, que a lo largo y ancho de nuestra geografía se vienen registrando y que son objeto de investigación por parte de la Fiscalía, siendo Bogotá y Antioquia, donde se suscitan el mayor número de casos, pero el fenómeno tiende a extenderse y es una manifestación más de la violencia, esta vez al interior de los centros educativos.
No es raro ver en los noticieros y redes sociales, las protestas que realizan los estudiantes de algunas universidades públicas de Bogotá y Medellín, que alteran el orden público y degeneran en actos de barbarie, como las agresiones con papas explosivas y la quema de vehículos de servicio público. En los colegios, con el hallazgos de armas corto punzantes y algunos alucinógenos sumado al matoneo, la situación parece haberse mutado, pero lleva consigo el mismo principio activo de violencia.
Es necesario tomar pues los correctivos necesarios para combatir este fenómeno y la mejor forma de hacerlo es creando un frente dentro de la misma comunidad educativa, con el apoyo de la Policía de Infancia, la Secretaria de Educación y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Pero ante todo hay que realizar una labor de prevención que arranca en el mismo núcleo familiar, hay que estar atentos a los comportamientos de nuestros hijos, que ellos nos cuenten lo que les sucede, e informar oportunamente a las autoridades del centro educativo, de cualquier irregularidad, pues el silencio nos hace cómplices de situaciones que en ocasiones y por desgracia han costado la vida de nuestros educandos.
Así lo recomendó recientemente el hoy ex ministro de Justicia, Germán Vargas Lleras, cuando manifestó su preocupación frente al matoneo y expresó que había que atacarlo con todo.
Protejamos pues a esa población vulnerable que son nuestros niños y brindémosle la oportunidad de que ejerzan a plenitud todos sus derechos, de los contrario estamos llamados a fracasar, como seres humanos, como sociedad y como país.
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La Nota de Cierre: Felicitaciones a todos los trabajadores de Colombia, por con su valioso aporte y contribución al desarrollo y prosperidad de nuestra Nación.
darioarregoces@hotmail.com
Valledupar, 1º de Mayo/2012