Ayer, antes de escribir esta columna, observé en diferentes medios de comunicación y en Twitter a varios precandidatos presidenciales, presidentes de gremios, analistas económicos y uno que otro periodista, dándole consejos no pedidos al presidente Duque, sobre cómo sortear la grave crisis institucional y económica que vive el país, la pérdida de grado de inversión y la posible desbandada de capital al exterior.
La mayoría conciden con lo que hemos planteado el resto de los colombianos. Solucionar primero lo urgente mientras se piensa y se discute la solución de lo importante. Es decir, ejercer la autoridad con determinación para desbloquear el país; tramitar con mensaje de urgencia una nueva reforma tributaria; montar un esquema más ágil para vacunar medio millon de colombianos por día e implementar un plan de choque de inversión para reactivar la economia.
Entre esas medidas urgentes, quiero aportar al Gobierno del presidente Duque cinco consejos no pedidos, a riesgo de que los ignore, afecte algunas sensibilidades o sean descalificados por los tecnócratas que lo rodean.
Los colombianos percibimos que usted tiene claro el puerto de destino, pero el equipo en su entorno no está leyendo la carta de navegación que usted fija para garantizar que toda la tripulación esté trabajando de manera coordinada. Cuando las cosas no están saliendo bien, hay que ser creativos, cambiar de estrategia y de equipo.
Este año se aprobó un Presupuesto General de la Nación de 313,9 billones de pesos, de los cuales el 59 % se está destinando a funcionamiento, el 22.4 % al servicio de la deuda y tan solo el 18.6 % a inversión. La crisis económica y social generada por la pandemia y el paro nacional exigen una redistribución inmediata del presupuesto, en el sentido de meterle una liposucción al gasto burocrático y congelar el pago total del servicio a la deuda para destinar esos recursos a la inversión en desarrollo agroindustrial.
Un grueso de las Pymes y empresarios del país están haciendo fila para acogerse a la Ley de quiebra. Sálvelos mediante un programa de reperfilamiento de cartera a 10 años y un retanqueo de créditos para reactivar sus negocios, ayudarles rápidamente a recuperar sus ingresos, reactivar el empleo y mejorar el recaudo fiscal. Invite al sistema financiero a que le ayude en este propósito.
El sector agropecuario ha sido el campeón en crecimiento del PIB. Ayúdeles a los productores del campo a asegurar sus rentas incrementando las compras públicas de alimentos y materias primas nacionales; imponiendo salvaguardias de importación y fondeando más subsidios a la producción agropecuaria. Estos instrumentos son el mejor vehículo para fomentar la inversión en el campo y el crecimiento de la agroindustria.
El ingreso solidario para las 3 millones de familias en extrema pobreza es necesario mantenerlo mientras se normaliza esta situación crítica del país. Su financiación mensual no debe depender de reformas tributarias exprés, sino de una fuente de recaudo segura como, por ejemplo, el impuesto del 4×1.000.
Respetado presidente, la situación de nuestro país es crítica y para lograr resultados a corto plazo el trabajo tiene que ser estratégico, táctico e integral.