Las elecciones del próximo domingo (29 de octubre) en el departamento del Cesar, será desarrollada bajo la dinámica regional que está compuesta por alianzas fuertes y con apalancamiento que no escatima en invertir para ganar. En el frente están los candidatos que personifican la historia de David y Goliat, recogida en la Biblia. Esa que narra la victoria del pequeño frente al grande, del desvalido frente al poderoso, un recuerdo de que, aunque tengamos todo en nuestra contra, siempre habrá posibilidades de salir triunfante.
La recua de candidatos para la alcaldía de Valledupar, quedó reducida en tres candidaturas, por un lado, el Goliat Ernesto Orozco y, como David, Cristian Moreno y Camilo Quiroz. Así como en la vida es imperdonable la traición intelectual lo mismo sucede en la política, sobre todo, porque la conformación de las estructuras posee las propiedades de atracción que tiene un imán. En la víspera Ernesto Orozco sería el alcalde, entre tanto, Cristian y Camilo, estarían en la puja por una curul en el concejo de Valledupar.
La gente en Valledupar debe reconocer el trabajo desarrollado por Camilo Quiroz, que pese a ser “outsider” logró con base en su estructura programática meterse en el corazón de los vallenatos. Su campaña fue admirable, protagonista y con enfoque disruptivo, demostrando que es posible hacer política con sustento en la experiencia, la preparación y con propuestas.
Cristian Moreno, con mayor exposición, por su reciente paso en el Congreso de la República, también hizo una campaña valiente, propia de su estilo, confrontando a las estructuras políticas. Este par de candidatos coincidieron en la lucha contra las estructuras, sin embargo, unirse para hacer la fuerza, aunque fuera una obviedad o verdad de a puño, no fue posible.
No son fáciles de resolver los problemas de inseguridad, desempleo, movilidad, transporte público, ordenamiento territorial, cultura ciudadana y discontinuidad en la prestación de los servicios públicos. Solucionar estos problemas en cuatro años es prácticamente una causa milagrosa, insistir en esa proeza garantiza pasaporte al fracaso. Las ciudades no se detienen, son sistemas en constante evolución; Valledupar hace rato dejó de ser de casitas de bahareque.
Construir un plan estratégico de largo plazo, analizar la vocación empresarial de la ciudad, comprender el impacto del efecto poscarbón y resolver el interrogante: ¿Por qué la ciudad no es atractiva para el inversionista? Deben ser la base de planificación para el nuevo alcalde y serán los asuntos en los que desde esta tribuna ejerceré mi rol de seguimiento y control al gobierno.
La competencia por la Gobernación del Cesar también se desarrolló en la escenografía del mito bíblico, con dos mujeres protagonistas, sin una ganadora definida según las encuestas y con un giro en las últimas de cambio como la piedra que hirió al filisteo en la frente. La orden de captura en contra de la señora Cielo Gnecco puso al proceso electoral en la picota nacional. Está por verse que un hecho jurídico genere impacto en otro electoral.
Mientras Claudia Margarita sobresale por la opinión favorable, Elvia Milena, aunque protegida por el acorazado indestructible de los últimos 12 años, arrastra el desprestigio y desgaste Monsalvo Gnecco. La exalcaldesa de San Diego está inmersa en lo que dijo David Lloyd George, exprimer ministro británico (1916-1922), “las elecciones a veces son la venganza del ciudadano” Sin embargo, en territorios como el nuestro es muy difícil ganar una elección solamente con voto de opinión.
Hay una corriente mundial caracterizada por posiciones “antisistema” y con una fuerte ideologización de la política, que incluso amenazan la importancia del pensamiento crítico. El nuevo gobierno departamental, tendrá en la condición socioeconómica del territorio un pesado piano sobre sus hombros, los precarios indicadores socioeconómicos son signos de temeridad, por eso dar soluciones es imperativo, es decir, es menester cercenar las malas prácticas acomodadas en el entorno del poder, para que la historia o mito entre David y Goliat, signifique buenas nuevas para Valledupar y el Departamento.
Por: Luis Elquis Diaz Bohorquez.