POR REDACCIÓN CULTURA / EL PILÓN
Como ya es tradicional en la despedida a aquellos que hicieron aportes invaluables a la música vallenata, entre cantos y acordeones el pueblo de San Jacinto, Bolívar, dio el último adiós a su hijo ilustre, el maestro Adolfo Pacheco.
Desde la madrugada del lunes, amigos, familiares y coterráneos le rindieron honores al juglar de los Montes de María luego que su féretro fuera recibido en la plaza principal del municipio bolivarense.
Una caravana escoltó los restos de Pacheco Anillo hasta la iglesia municipal donde recibió un sentido homenaje en medio de sus canciones interpretadas por colegas y amigos.
Una multitud esperó hasta las tres de la mañana el vehículo que transportó el cuerpo al municipio. “En la Iglesia le hicieron un homenaje, la gente del pueblo le cantó, lloraron”, relató Héctor Sarasti, comunicador de la población en diálogo con EL PILÓN.
Las máximas autoridades locales y departamentales, así como los hijos y demás familiares, hicieron presencia en el lugar.
En horas del mediodía, el féretro regresó a la capital del Atlántico donde estaría en cámara ardiente unas horas para luego ser sepultado a las cuatro de la tarde en el Cementerio Jardines de la Eternidad vía al Mar.
Aunque el deseo del maestro era ser cremado, según contó a Noticias Caracol José Antonio Pacheco, hijo menor del compositor, al parecer, por temas legales -la Fiscalía adelanta una investigación por oficio– no podrá hacerse su última voluntad sino después de 4 años. “Sería cremado y sus cenizas serían trasladadas al municipio de San Jacinto”, señaló Pacheco.
El deceso del compositor se confirmó la mañana del sábado luego de permanecer internado en una clínica de Barranquilla tras sufrir un accidente de tránsito la semana anterior. El accidente de tránsito ocurrió el pasado jueves 19 de enero en la vía San Juan Nepomuceno – Calamar (Bolívar).