Consecuente con lo que anotamos en el artículo anterior, en donde registramos con satisfacción la decisión tomada por el Gobierno Nacional de asumir responsabilidades entrando por una producción limpia, es decir, producción en armonía con el medio ambiente, ahora registramos el asunto con carácter universal, en donde se está pensando pasar de una economía oscura o bastante gris a una economía verde.
Empezamos emulando el pensamiento de un gurú de la economía sustentable como lo es Pavan Sukhdev, que destaca el valor de todo lo que la naturaleza nos da sin pasarnos la factura, como quien dice todos los días sin excepción usamos recursos que la naturaleza nos da gratuitamente, ejemplo de ello es el aire para respirar sin tener que pagar, y así otros más que a pesar de la transcendencia de esos servicios la naturaleza nunca nos manda factura por lo que tomamos de ella. Pues bien eso es lo que está tratando de propalar en el mundo este economista citado anteriormente, para que comencemos a ser conscientes de eso, que pensemos en que estamos montados sobre un crecimiento económico de desgaste que usa ilimitadamente recursos sin reponerlos, es decir, sin resarcir y esa es la economía marrón, la que no beneficia la sociedad de manera equitativa y crea problemas de pobreza y esto impulsa riesgos como el cambio climático, incrementa la escasez ecológica de los recursos como el agua y reduce la tierra fértil, por lo que debe cambiarse hacia un modelo de desarrollo más sustentable, en donde tratemos el medio ambiente como un bien público, como una riqueza común, pero que lo respetemos colectivamente.
Esta se puede llamar como una verdadera revolución industrial que debe implementarse en todo el mundo, como plazo para que esta economía marrón haga un cambio radical hacia la sostenibilidad y claro, las empresas deben jugar un papel clave en esa transformación. Estamos en mora de empezar con el reverdecimiento de la economía y que esto no se mire con una carga sobre el desarrollo, sino que debe transformarse en un nuevo motor con poca contaminación y se impulsaría el crecimiento de la riqueza y el empleo decente y obviamente la reducción de la pobreza persistente en todo el mundo. Con este modelo, a todos los recursos naturales habrá que darles un valor expresado en términos de precio; por eso, las empresas deberán comenzar a reportar y administrar los costos de sus impactos en la naturaleza y la sociedad en una suerte de estado de pérdidas y ganancias ambientales.
Ojalá que en el mundo se le preste la debida atención a este economista que nació en la India y que su estudio ‘economía de los ecosistemas y la biodiversidad’, sin duda lo que lanzó a la fama a este profesor emérito de la universidad de Yale, embajador ad honoren del programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente (Pnuma).
Notas: Nos hacemos las siguientes preguntas: ¿Cuándo el Congreso de la República ratificará el convenio sobre el cambio climático de París? ¿Cuándo tendremos la buena noticia de liquidación de parte del alcalde de Valledupar al contrato que dejó firmado el alcalde próximo pasado para el tratamiento de aguas residuales del Salguero? Por lo menos el señor Gobernador ha manifestado que espera esta decisión para poder invertir una buena partida en la recuperación del río Cesar.
Por Hernán Maestre Martínez