Por Hernán Maestre Martínez
Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego.
Se hace necesario que así como debemos enseñarle al niño valores tales como: empatía, lealtad, inventiva, cortesía, paciencia, tolerancia, honestidad, cooperación, respecto, independencia, responsabilidad y confiabilidad, también le enseñemos principios de ecología y ética que tratan de las relaciones entre los humanos y la naturaleza, así como una ética de la circulación de bienes naturales entre los humanos, esto es una forma de moralidad de las relaciones comprensibles del hombre con lo que le rodea, con su medio o entorno, se trata de enseñar la forma de consumo sostenible de recursos así como la justicia en la distribución de estos en los demás seres humanos.
Ya es hora que todos los seres humanos entendamos que el problema del ambiente es demasiado importante para que sólo esté en manos de los gobiernos; el uso y cuidado de los recursos naturales es un compromiso de todos. Por eso es de suma importancia que desde el hogar empecemos con la educación ambiental como principio clave para que niños y jóvenes cambien este Planeta, tenemos que empezar a entender y a enseñar al niño que después de que su madre lo acogió en su vientre en el momento mismo de la concepción y se mantuvo en ella durante nueve meses, al momento de nacer hay otra madre que lo recibe con sus brazos abiertos como un miembro más de su familia en la Tierra y lo acata no sólo por poco tiempo en su hábitat sino para todo un proceso evolutivo de su vida; es bueno recalcar que en su casa uterina, el feto recibe alimento que provee su anfitriona y la manera como los obtiene no es del caso tratar aquí, pero después que nace, los alimentos para su sustento se obtienen de su otra madre, hasta el punto que podemos afirmar que la vida no le es posible sin la provisión o suministro de los componentes ambientales o naturales, incluso un niño puede vivir sin el cuidado de su madre ya que otra puede asumir esa responsabilidad pero, ya dijimos, lo que no es posible es vivir sin el servicio de su otra madre (la naturaleza). Hay un refrán popular que dice ¨Madre no solo es la que pare sino la que cría también¨; con esta inteligencia del pueblo se puede hacer análoga esta situación, pero observemos una condición de nosotros los humanos; queremos a la madre que nos parió, a la madre putativa y a la gente que nos rodea, pero no queremos ni respetamos a esa otra madre que se llama naturaleza que también nos rodea y la necesitamos a cada instante y en todo lugar, por lo que nos preguntamos, ¿será que los humanos nacimos para autodestruirnos? Por lo menos somos el único ser del reino animal o de condición zoológica que ataca o destruye su entorno, aún con el privilegio de ser racional.
Esta posición que asume el hombre en su formación desde que nace, nos ha llevado a muchas reflexiones y la principal es la de que somos animales racionales pero actuamos irracionalmente, nos comportamos como enemigos de la naturaleza porque vivimos en una permanente declaración de guerra contra ella, pero aun así, ella nos perdona en la medida en que suspendamos los actos de destrucción y extinción de sus elementos principales, que dejemos la violencia de cada segundo, minutos y años y que empecemos ya a subsanar nuestros errores con la recuperación y conservación de ella que es nuestra verdadera madre y que nos quiere a todos con sinceridad.
- Especialista en Gestión Ambiental: Los puntos de vista aquí expresados, son del autor y no representan ni pueden atribuirse a la entidad para la cual trabaja.