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¿Enseñanza o adoctrinamiento? Esa es la cuestión

Mucha discusión se ha generado en torno a la iniciativa legislativa del Representante a la Cámara Edward Rodríguez, perteneciente a la bancada del partido Centro Democrático, y que pretende limitar la libertad de cátedra, en las instituciones educativas, a efectos de evitar que los profesores politicen a los niños, niñas y adolescentes, previendo ejemplares sanciones para aquellos que, luego de investigados, sean hallados responsables de constreñir o tratar de involucrar al educando en algún tipo de ideología política.

La iniciativa ha generado todo tipo de comentarios, unos a favor otros en contra. Los que la apoyan expresan que en las instituciones educativas no se está impartiendo una verdadera educación, sino que se adoctrina ideológicamente a los niños, niñas y adolescentes. Por su parte los que la criticamos, consideramos que ir en contra de la libertad de cátedra en los colegios, es un paso en la dirección equivocada.

El tema, sin lugar a dudas parece ir muy de la mano, con lo que acontece en la educación pública y en la educación privada, donde son notables las diferencias sociales. Ahora bien, es necesario advertir que la educación es un derecho fundamental de todos los niños, niñas y adolescentes, y que esta debe ser de calidad, y gratuita para las instituciones estatales (Artículo 28 del Código de la Infancia y la Adolescencia). No es una educación de calidad aquella que tenga sesgos ideológicos. Pero se hace muy difícil saber cuándo se sobrepasa la línea divisoria entre una información, veraz y objetiva, de aquella que presenta una clara inclinación ideológicas. Por ejemplo, si hablamos de historia americana, tenemos que enseñar que fuimos colonizados por los españoles, quienes nos legaron la religión, el idioma y el mestizaje, pero otra versión del descubrimiento, podría hablar sobre la victimización del pueblo amerindio, y de la cultura del despojo, por parte de los colonizadores. Es que hasta los mismos libros de historia tienen sesgos ideológicos.

Empero sería lo ideal despertar en el educando una formación general, con sentido crítico, que profundice en el razonamiento lógico y analítico, que le permita contrastar la información y fomentar valores civiles, éticos y morales, fundamentales para la convivencia humana.

Es recurrente la queja que hace falta más formación que educación, y en ello el compromiso de la familia es de vital importancia, pues la omisión en el cumplimiento de la labor de orientar a nuestros hijos, generan situaciones que afectan de manera grave el tejido social.

Finalmente el honorable congresista desistió de presentar su propuesta a la consideración del Legislativo aduciendo: “Generar restricciones alrededor de sanciones, no es bueno”. darioarregoces@hotmail.com

Dario_Arregoces: