X

Ensañamiento de Emdupar

MISCELÁNEA

Por Luis Augusto González Pimienta

Cuando esto escribo han transcurrido treinta y dos horas sin gota de agua en mi barrio. Todo por un turbión aunado a la suspensión del servicio para la instalación de macromedidores con el propósito de determinar el caudal que llega en cada sector. Para ello, Emdupar dispuso cerrar válvulas durante cuatro días desde las ocho de la noche hasta las cuatro de la mañana, de martes a viernes, inclusive.

Para contribuir con esa identificación les puedo decir que en mi sector no hay servicio permanente desde septiembre del año pasado, con la salvedad de la temporada del Festival  Vallenato, y que la presión es tan baja que la ducha fue reemplazada por el tanque de plástico y la totuma. También los ayudo informándoles que a diario paso por el río Guatapurí, y de ese monitoreo no remunerado concluyo que la turbiedad, que era la más socorrida de las excusas para justificar la suspensión del servicio, se ha presentado muy pocas veces. Por manera que estoy considerando inventarme otra razón para cooperar con la empresa.

Alabo de Emdupar la seriedad en el cumplimiento del horario, pero solo para quitar el servicio. A las ocho en punto de la noche ocurría el hecho. Lamento decir que el horario de reanudación no se cumplía. El primer día llegó a las ocho de la mañana y no a las cuatro como estaba previsto. El segundo día si llegó puntual pero la quitaron nuevamente al cabo de dos horas. El tercer día nunca llegó y el cuarto, dejémoslo así.

El dos de abril publiqué una columna titulada “Ni de noche ni de día” en donde denunciaba el pésimo servicio de Emdupar, pedía al alcalde y al gerente de esa empresa  que apremiaran a los contratistas del cambio de tuberías para que aligeraran las obras, y solicitaba al Personero Municipal y al Procurador Provincial de Valledupar que iniciaran una indagación preliminar para determinar responsabilidades. Ahora les pido su intervención para establecer por qué algunos barrios son castigados más severamente que otros. ¿Habrá alguna intención torticera para exasperar a los usuarios y presionar la extinción de Emdupar? ¿Será una estrategia para provocar la salida del gerente? ¿O habrá animadversión personal o social de los operadores contra los habitantes de ciertos barrios?

Entiendo que Emdupar carece de estanques de almacenamiento suficientes para surtir de agua cuando hay turbiedad. La empresa debe entender que los usuarios tampoco tenemos  suficiente capacidad de almacenamiento y que teniéndola no hay cómo hacerlo, por falta del líquido o insuficiencia de presión. Lo que resulta intolerable son los malos chistes cuando se anuncia para equis día la suspensión del servicio y ésta ocurre con más de veinticuatro horas de anticipación a la fecha acordada, o que se incluyan unos barrios a los que no les llega el agua o les llega con bajísima presión.

Acuso a Emdupar de estar llevando a cabo unos racionamientos intermitentes sin aviso a los usuarios. Doy fe de que en mi barrio, además de los cortes generales, cada tres horas suspenden la distribución de agua. Es una reducción reprochable, injusta, que no se refleja en la facturación mensual, que sigue por las nubes.

Seguiremos a la espera de la mejora del servicio que hace un tiempo era nuestro orgullo y que por culpa de la politización de la empresa se ha venido al suelo. Gran reto tiene el alcalde en este campo para garantizar la futura y justa distribución del agua. Ojalá sus colaboradores se pongan la misma camiseta.

Categories: Columnista
Luis_Augusto_Gonzalez: