Enrique y Breiner triunfan en el patinaje élite de Venezuela. Ellos aprovecharon todo lo que les enseñó en el patinodromo de Valledupar su papá, Enrique Santiago Romero, quien los llevaba allí todas las tarde y junto a los demás niños de su Escuela Élite les dio las pautas para seguir en el deporte de las ruedas.
Enrique, el mayor, asimiló rápidamente la técnica en el patinaje, mientras que Breiner compartía el deporte de su padre con el fútbol como delantero de la escuela Unión F.C. de su tío Sandro Santiago y luego en el Loperena con el profesor Silvestre ‘Chiche’ Maestre.
El destino los llevó a los dos a vivir a Maracaibo donde un día aburridos en la casa donde se alojaban, salieron a patinar a una calle del barrio.
Allí fueron observados por los manejadores del patinaje ‘maracucho’ que se maravillaron ante la destreza y habilidad de los jóvenes de 14 y 15 años.
Su primera competencia fue en El Vigía. Estado de Mérida, donde Enrique fue quinto, enseguida participó en una válida nacional donde se ubicó segundo, entonces lo llamaron a integrar la selección Venezuela que compitió en los Juegos del Alba donde obtuvo dos medallas de plata y dos de bronce.
Cuenta Enrique que cuando fue a Cuba era el único ‘venezolano’ en medio de siete cubanos en la prueba de los 500 metros. En Cuba ganó dos medallas de oro; regresó a Colombia para ganar bronce en el Mundial de Cali y fue subcampeón en la ruta del Mundial de Patinaje de la China.
Breiner sigue los pasos de su hermano y le acompaña siempre en los entrenamientos en cada una de las ciudades que las autoridades del deporte venezolano escogen, de acuerdo al plan de actividades previstas, mientras en casa en Maracaibo los espera su mamá, una enfermera y modista que dejó a Colombia para buscar un mejor futuro en Venezuela.
Estos dos estudiantes que fueron de séptimo y octavo grado del Colegio Loperena Garupal terminaron el bachillerato en la escuela Fundaproix, una entidad educativa que el estado venezolano tiene para los que por ser deportistas tienen una vida nómada.
Los dos disfrutan vacaciones con su padre en Valledupar y regresan a Maracaibo el cinco de enero para iniciar entrenamientos con el director técnico chileno Francisco Fuentes, con miras a un torneo de patinaje en Argentina, clasificatorio al Panamericano de México en julio y al Mundial de Corea en agosto.