X

Enfocarse en lo simple

Hay dos situaciones que me dan vergüenza ajena en estas épocas preelectorales: 1) ver a una cantidad exagerada de precandidatos hablando basura y 2) ver a mucho lambón lagarteándole a esos candidatos en este escenario de crisis.

Hay mucho político prometiendo el paraíso en estos tiempos difíciles donde reina el desespero, la inseguridad, el hambre y el caos. No hay mejor época para los populismos que los tiempos actuales. ¿Qué es lo más molesto de estas situaciones? Ver a una cantidad de idiotas útiles vendiendo ideas irrelevantes o contraproducentes para la economía nacional.

Todo ciudadano consciente de las adversidades que nos rodean sabe reconocer los tres problemas principales de nuestra sociedad: inseguridad, desempleo y corrupción. Es enfocarse en lo simple, en lo que nos afecta a todos por igual.

Hay candidatos hablando de socializar utilidades de las empresas (iniciativa estúpida y bastante ridícula que se inmiscuye en la iniciativa privada), otros hablan de seguir con los programas de limosnas financiadas con recursos públicos que no sacan de la pobreza a nadie, otros quieren seguir con el disco rayado de promover la cadena perpetua para violadores de niños, otros hablan de construir o derribar monumentos, otros salen hablando de imprimir billetes como si el devaluado peso colombiano fuese dólar, y en fin, todos están tirando una carreta de populismos que no solucionan problemas estructurales.

Es bueno que los candidatos dejen de hablar tanta basura. A veces me cansa ver a tanto bobo echando embuste. Un candidato que no tenga planes claros frente a la inseguridad, las altas tasas de desempleo y la corrupción es un simple idiota con iniciativa, y eso es muy peligroso.

Muchas personas quieren llevar una vida con soluciones básicas: que la inflación esté contralada, contar con servicios públicos de calidad, que el peso colombiano no siga devaluándose a niveles históricos, tener la tranquilidad de salir a la calle sin miedo, poder sentarse en la terraza de la casa sin temor a un atraco que puede costar la vida, que exista mayor iniciativa privada que contribuya a generar empleo. Situaciones simples, comunes y cotidianas.

En Europa nos ven como bobos cuando discutimos sobre lo básico (garantizar la vida, la seguridad y la propiedad privada), en países como Finlandia o Dinamarca las políticas públicas están más enfocadas hacia la protección del medio ambiente, el desarrollo de patentes, la compra de títulos de deuda pública de países en vía de desarrollo, la implementación de modelos de renta básica, la transición hacia energías más limpias, etc. Son propuestas más elevadas, más consecuentes con una realidad de vida que corresponde a un mejor nivel de desarrollo.

Aquí hay un candidato presidencial que ha venido a posar de erudito sin nada concreto que ofrecer. Es un gran placer escuchar las propuestas de ese candidato en el Parkway y en Chapinero alto en Bogotá, pero si lo llevamos a Bosconia con el sol caliente a la 1:30 de la tarde ese plan de gobierno se desvanece, no tiene piso en este país de regiones marginales y olvidadas, está muy elevado.

Ese mismo candidato muy idealista se me parece mucho al primer ministro canadiense Justin Trudeau, pero bueno, no es lo mismo hacer política en la avanzada y progresista ciudad de Vancouver que en Maicao con el sol y la pobreza extrema quebrándote el espíritu.

Por otra parte, hay un candidato cada vez más desequilibrado en sus propuestas: propuso imprimir más billetes para salir de la crisis. Me imagino que ese señor pensó que esto es la reserva federal de Estados Unidos y que nuestra política monetaria se mueve a punta de dólares. Frente a esa propuesta me surgieron dos dudas: ¿Cómo controla la inflación imprimiendo más billetes? ¿Cómo controla la devaluación de la moneda? Una locura.

También hay otro señor tibio que habla mucho y no dice nada, es alguien que nunca será presidente. Si el tibio no lucha por mantener su buen nombre ante los estrados judiciales ¿qué nos hará pensar que va a luchar por el avance de este país?

Hay un exministro de Hacienda que se ahogó y vuelve al ruedo político a pasar pena, una señora rara que grita e insulta y que se dedica la mayor parte del tiempo a hablar bobadas mientras su marido se merienda recursos parafiscales que llegan a la federación gremial que dirige. Estos últimos candidatos de los que hablo pertenecen al partido de gobierno y puede que sean sectarios, pero no son tan idiotas como pensaba, se quieren desligar del mandatario actual. Ningún candidato se quiere juntar con el presidente impopular del que la mayoría se burla.

Por: José Ángel González Cruz

joseangel1528@hotmail.com

Categories: Columnista
José Ángel González Cruz: