Luego que el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, declarará públicamente que sería sometido a una intervención quirúrgica que consistía en la extirpación de la próstata, recobró vigencia la discusión sobre la eliminación de la figura vicepresidencial. Para el logro de este propósito fue radicada la propuesta por el Representante a la Cámara Telesforo Pedraza, con anterioridad a la intervención del presidente, para desaparecer del orden administrativo la figura vicepresidencial.
El Vicepresidente Angelino Garzón, es un hombre de notables consideraciones que defienden los intereses de la población vulnerable en Colombia. Es una persona con una trayectoria marcada por su participación en agremiaciones sindicales, donde no hay espacio para el desmayo, porque desfallecer es sinónimo de perder y las personas con el talante de Angelino no conjugan ese verbo. Su salto a la política ha sido vertiginoso, a tal punto de participar y hacerse elegir estratégicamente como formula vicepresidencial del actual gobierno, llevado de la mano del ex presidente Álvaro Uribe Vélez.
Ha sido – precisamente- las diferencias entre Santos y Uribe las que han dado la largada para que se plantee la propuesta de eliminar la figura vicepresidencial. Aunado a ello, Angelino Garzón, ha padecido de fuertes quebrantos de salud, fue sometido a una intervención de corazón abierto y recientemente sufrió un accidente cerebro vascular isquémico. Estos procedimientos han afectado su condición cognitiva y motora, la cual es evidente cuando asoma en los medios.
El procedimiento quirúrgico del presidente Santos, los quebrantos de salud del Vicepresidente Angelino y la cercanía de este con el ex presidente Uribe, constituyen un tridente que involucra la salud de dos hombres que tienen la responsabilidad de dirigir la nación. La Constitución Política establece que en el evento de falta absoluta o temporal del presidente, en su reemplazo asume la vacancia el vicepresidente.
Los quebrantos de salud del Presidente retomaron de forma lógica la discusión de la figura Vicepresidencial, no solo por razones estrictamente institucionales, sino, además, por la desmejorada salud de Angelino Garzón y las anotaciones referenciadas en términos constitucionales. Ciertamente, en el fondo también coexiste una razón política que procura desligarse definitivamente del gobierno anterior, pese a ello, la voluntad inexpugnable del vicepresidente se mantiene intacta como presupuesto político, aunque genere controversias, afectación física y naturalmente, porque le asiste el derecho en virtud del logro alcanzado en las urnas.
José Saramago, en una frase asevero que “el poder lo contamina todo, es tóxico” temo que este concepto haga parte de las convicciones de Angelino Garzón, quien no obstante a sus quebrantos de salud desea continuar instalado en el poder, inclusive, inobservando la tranquilidad de la intimidad familiar. En condiciones normales la presencia de Angelino Garzón en el Estado surte los efectos del polo a tierra en una sociedad que comulga con la desigualdad y la inequidad; en varias ocasiones por sostener la base de sus convicciones lanzó expresiones intrínsecas de su personalidad, pero rechazadas tajantemente por el gobierno.
Angelino Garzón es un hombre de estado, por lo tanto respetuoso de las instituciones, en concordancia con ello es perentorio que el grupo médico realice los exámenes pertinentes, para que a través de ellos se pueda afirmar un diagnostico de connotación científica determinante para su estabilidad física y mental, favorable para la institucionalidad y libre de sesgos de carácter político.
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