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En Valledupar aumentó pobreza en personas con educación superior

EL PILÓN comparte un fragmento del ‘Análisis de la Pobreza y Condiciones de Vida en Valledupar’ dirigida por los economistas Andrea Otero Cortés, Fernando Herrera, Juan Manuel Monroy en alianza con el Banco de la República.

En 2017, Valledupar era la quinta ciudad capital más pobre del país, y durante los últimos tres años ha presentado un notable incremento en la incidencia de la pobreza que no se ha visto en otras ciudades de tamaño comparable. Este hecho contrasta con el periodo comprendido entre 2010 y 2014, cuando hubo una reducción acelerada en la pobreza monetaria, según información del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane.
Existen dos períodos claramente diferenciados en la historia reciente de Valledupar: de 2010 a 2014, cuando la pobreza disminuyó 15 puntos porcentuales, PP, pasando de 42,7 % a 27 %, y el otro, de 2015 a 2017, cuando se revirtió dicha tendencia y la pobreza aumentó 6 puntos porcentuales, pasando de 27 % a 33,4 %.

El ingreso laboral es la fuente más importante de cambio en pobreza moderada (3,36 PP) y extrema (2,21 PP), lo que pone de manifiesto el contexto económico de desaceleración que sufrió el mercado laboral de Valledupar.

Igual comportamiento muestra la pobreza extrema, que pasó de 9,3 % en 2010 a un mínimo de 3,6 % en 2014 para volver a incrementar hasta llegar a 7.5 % en 2017, según los registros del Dane.

La tendencia de Valledupar difiere de la observada en el país, en donde la pobreza ha disminuido paulatinamente todos los años desde 2010. Incluso para 2017, la pobreza en el país estaba 6,5 PP por debajo de la incidencia presentada en Valledupar. Así las cosas, para ese mismo año, el 33,4 % de la población valduparense estaba por debajo de la línea de la pobreza.
Esas cifras resultaron de la ecuación de que un hogar de 4 miembros se consideraba pobre si sus ingresos mensuales, en conjunto, no superaban $1.106.620. Esto representa alrededor de 135.000 personas en condición de pobreza, de las cuales 30.405 (7,5 %) se encontraban en la pobreza extrema, es decir, tenían ingresos mensuales promedio por debajo de $120.400, lo que lo lleva prácticamente a situaciones de inseguridad alimentaria.

Los resultados de la descomposición para el periodo 2014-2017, en donde se observa que tanto la pobreza moderada como para la pobreza extrema (indigencia) aumentaron en 6,28 PP y 3,85 PP, respectivamente. El factor que más contribuyó a este incremento fue la distribución del ingreso, seguido de la caída de los ingresos promedio de los hogares y del efecto en los precios.
El ingreso laboral es la fuente más importante de cambio en pobreza moderada (3,36 PP) y extrema (2,21 PP), lo que pone de manifiesto que el contexto económico de desaceleración que sufrió el mercado laboral de Valledupar se tradujo inmediatamente en caídas del ingreso laboral de los hogares y aumentos sustanciales de la pobreza monetaria.

Por el lado del ingreso no laboral, compuesto por transferencias (públicas y privadas), pensiones, ingresos de capital y otros ingresos, se observa que si bien explica buena parte del aumento de la pobreza (43 % de la moderada y 46 % de la extrema), existen ciertos componentes que explican en una mayor medida el aumento de la pobreza respecto a otros.

LAS POBREZA GOLPEA MÁS A LAS MUJERES

Si se mira la pobreza desde el género, es mayor en hogares en donde la cabeza es femenina y no masculina, según el Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL.

Las razones de esta diferencia se originan por el mayor tiempo que dedican las mujeres a actividades del cuidado (seis horas diarias versus dos de los hombres), los cual les dificulta estudiar, capacitarse o tener trabajos de tiempo completo.
Este hecho se traduce en menor participación laboral y mayor desempleo femenino y la existencia de una brecha salarial en su contra. Todas estas razones eventualmente se presentan en Valledupar, en dónde hay cada vez más mujeres pobres como proporción de la población total. Para 2012, la incidencia de la pobreza era 0,7 PP mayor en las mujeres que en los hombres, pero para 2017 esta cifra aumentó a 2,5 PP.

POBREZA Y NIVELES
EDUCATIVOS

De acuerdo a los niveles educativos de las personas pobres, se observa que existe una concentración de la pobreza en las personas sin ningún nivel educativo (49 %), básica primaria (42 %) y básica secundaria (40 %). Sumado a lo anterior, para la mayoría de los niveles educativos, la pobreza aumentó entre 2012 y 2017, con excepción de las personas sin ningún nivel educativo (caída de 0,7 PP).
Es relevante resaltar que la incidencia de la pobreza también aumentó para las personas con educación superior en 5 PP, lo que abre las puertas para indagar sobre la calidad de la educación de dicha mano de obra que no se refleja en mejores ingresos y la capacidad del mercado laboral local de absorber mano de obra calificada.

Por: DEIVIS CARO DAZA / EL PILÓN
defancaro1392@gmail.com

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