Hace unos días la fonoaudióloga Mabel Martínez Roa, docente de la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad del Rosario y la Escuela Colombiana de Rehabilitación, mediante una conferencia titulada: ‘Disfluencia: intervención desde la fonoaudiología’, reveló que durante la pandemia sus consultas médicas por pacientes con tartamudez habrían aumentado notoriamente.
En su presentación alegó que la responsabilidad de este aumento se debe a las cuarentenas, las cuales retrasaron los procesos del habla que se dan de manera social en ambientes comunicativos diversos y significativos como el ámbito escolar.
“Las actividades académicas de muchos niños menores de 4 años no se pudieron realizar. A los jardines infantiles les quedó complicado tener niños atentos frente a una cámara. Los padres tuvieron que cambiar las reglas en casa y priorizaron actividades laborales, generando que los menores de edad se vieran cohibidos en las relaciones sociales, que son importantes para estimular el proceso del habla”, señaló la experta en la conferencia.
Ante esto, y teniendo en cuenta que hoy 22 de octubre es el Día Internacional de la Toma de Conciencia de la Tartamudez, EL PILÓN consultó con algunos expertos en el tema para conocer si esta condición se habría visto alterada con la pandemia ocasionada por el covid-19. Por tanto, la fonoaudióloga vallenata Luz Aida Murgas, indicó: “Las consultas de tartamudez o disfemia sí aumentaron, más que todo en la población infantil a raíz de la pandemia, pero va mucho más allá del poco contacto físico-social”.
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Y agregó: “A mí sí se me aumentaron las consultas, de 2 niños que me llegaban mensual por tartamudez o disfemia, se me aumentaron a 5 u 8; pero en 8 sesiones hemos logrado aminorar la alteración. Hay que tener en cuenta que la tartamudez no es una enfermedad o algo parecido, sino que es una alteración en la fluidez del habla que la podemos controlar, más no eliminar”.
Asimismo, Antonio Amaris, neuropsicólogo de la IPS Siramat, afirmó que en sus consultorios también se ha visto incrementado el flujo de pacientes con esta condición e informó que, debido a esta alteración en el habla, las personas suelen disminuir su autoconfianza, autoestima y, además, puede impactar en algunos rasgos de introversión como la timidez y de igual manera, indicó que puede generar episodios de ansiedad al no poder comunicar algo.
“Los lineamientos que se deben seguir con estos pacientes implican varios elementos e intervenciones, entre esos el acompañamiento del psicólogo, el fonoaudiólogo, pero también, el vínculo de la familia. Es un trabajo sistémico”, acotó.
Adicionalmente, los expertos recomendaron no burlarse, o ejercer presión sobre las personas que padezcan este trastorno. “No terminemos las frases que ellos quieren decir, no los presionemos para que hablen. Estas condiciones suelen desarrollarse a tempranas edades por aspectos emocionales, familiares, también porque alguna persona en casa les habla demasiado rápido, o les trasmite inseguridades”.
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Este 22 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Toma de Conciencia de la Tartamudez. Según un estudio nacional de 2014, la tartamudez se puede originar de forma espontánea en el 4 % de los niños, de los cuales el 75 % se recupera durante la infancia y el 25 % sigue presentando episodios de disfluencia durante la adultez. Quienes no se tratan de forma temprana, difícilmente logran recuperar la fluidez del habla.
Ketty Gutiérrez Maestre/EL PILÓN