Por: José Romero Churio
EGP son las iniciales del nombre de una persona oriunda de una comunidad Kankuama al norte del municipio de Valledupar, quien se acostó bien y amaneció con dolor y molestia digestiva y que a pesar de los remedios caseros su malestar empeoró, por lo cual, a los cuatro días de haber comenzado la enfermedad decide buscar atención médica, y siendo beneficiario del Régimen Subsidiado de Salud a través de la EPS Dusakawi, en acuerdo familiar eligieron acudir a la Liga de la Lucha contra el Cáncer de Valledupar en procura de un mejor servicio de salud.
En dicha Liga, por la consulta le cobran $38.000.00 y sin examinarlo lo dirigen a un gastroenterólogo, quien le cobró $130.000.00 (un menor costo) por realizarle gastroduodenoscopia, este especialista le ordena ecografía abdominal, por la cual le cobran $50.000.00 por tratarse de paciente dirigido, bajo esta misma consideración en un laboratorio clínico le cobran $30.000.00 por hacerle examen de sangre, en la realización de estos procedimientos pasan otros dos días con desmejoramiento de la salud del paciente.
Afortunadamente, a este enfermo, alguien lo orienta a la atención hospitalaria y, finalmente fue operado, después de varias horas de espera en el área de urgencias por el atiborramiento de pacientes, cuando ya padecía apendicitis aguda complicada. Gracias a Dios ya se está recuperando en una clínica por cuenta de Dusakawi.
Relato este episodio, no con el ánimo de cuestionar a la Liga de la Lucha contra el Cáncer ni a ninguna IPS y menos al personal médico y paramédico, sino, para una vez más, alertar sobre las malas consecuencias derivadas del sistema de salud colombiano, que en vez de proteger la salud de la población la expone al peligro que conlleva el mercantilismo permitido en la prestación de tan fundamental servicio.
Como lo han leído, en este trance de una persona humilde, vemos las falencias de nuestro sistema de salud que, infortunadamente, está destinado más a la curación de las enfermedades que a su prevención.
Analicemos: el paciente consulta tardíamente después de recibir automedicación, acude a un sitio diferente al que le corresponde por falta de credibilidad en la EPS que les falta celeridad en la atención. Una institución de condición altruista como la Liga en mención, lamentablemente, cae en la cadena mercantilista y, lo más grave, enviando pacientes al paseo de la muerte.
En realidad, falta promoción de la salud y prevención de las enfermedades con verdaderas políticas de salud pública con vigilancia y control adecuados. Si los pacientes consultaran oportunamente el costo de sus atenciones fueran menores. Por ejemplo; el costo de la recuperación de este paciente se ha multiplicado, así colapsa cualquier sistema de salud.