Distintas generaciones de las nacidas y residenciadas en Valledupar, hemos evidenciado que a pesar del paso del tiempo, en el centro de la ciudad se sigue manteniendo en obra negra la edificación identificada con la nomenclatura urbana carrera 7 No 15 – 71.
El edificio en mención corresponde a una estructura construida en pórtico con sistema tradicional de construcción de vigas y columnas, con placa de entrepiso aligerada, con siete pisos de altura y con un frente de un poco más de 7 metros lineales; la construcción se encuentra en un estado de abandono y deterioro continuo toda vez que su proceso constructivo nunca se culminó, llegando únicamente hasta obra negra.
Sobre la carrera séptima de nuestra ciudad hicieron presencia durante muchos años diversos bancos, entre otros el banco de Occidente, el banco Industrial Colombiano y el banco Central Hipotecario; posteriormente llegaron al vecindario el parqueadero municipal de Valledupar hoy parqueadero “Calle Grande” y recientemente un hotel concepto boutique también denominado Calle Grande. Si bien es cierto la carrera séptima en los últimos cinco años ha sido destacada de manera negativa como la décima vía más ruidosa de Colombia, al alcanzar a la altura de las calles 16A, 16B y 17 los 74 decibeles; no es menos cierto que también viene presentando modificaciones favorables en especial en las fachadas de varios de los inmuebles que se encuentran sobre la misma.
El predio urbano aludido según el certificado de tradición y matrícula inmobiliaria tiene una extensión de 315 metros cuadrados, siendo más que claro que su estado contrasta con el de los inmuebles ubicados en la carrera séptima entre calles quince y dieciséis. Y es que como sucede con los vecinos desagradables que se hacen sentir permanentemente, el referido edificio no es consecuente con la arquitectura de la catedral Nuestra Señora del Rosario y con la sede de la Diócesis de Valledupar, las cuales se encuentran ubicadas a escasos metros del mismo.
La persona natural que en el certificado de tradición y matrícula inmobiliaria tiene la condición de propietaria del inmueble señalado, como cualquier propietario y siempre y cuando no transgreda el ordenamiento, tiene la posibilidad de disponer de su bien como desee, es un tema de simple sentido común, es el campo de las libertades que involucra el derecho a la propiedad.
Lo anterior no riñe con el hecho de tener presente, que esa edificación posiblemente necesita de un reforzamiento estructural atendiendo a que no se encuentra totalmente construida y en consecuencia se le aplicarían las normas de sismo resistencia que establece el reglamento de construcciones sismo resistentes NSR – 10, por lo tanto sería prudente que el actual propietario empezara a revisar el estado de la construcción del inmueble que adquirió a través de una compraventa en el año 2011.
Por: José Antonio Soto Murgas