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En Las Casitas, la educación tiene ‘candado’

Preocupado se mostró Jorge Eliécer De la Cruz, docente coordinador del colegio de Las Casitas, por el mal estado en que se encuentra el mismo. EL PILÓN / Joaquín Ramírez.

En la vereda Las Casitas se ubica la Institución Educativa Milciades Castillo Costa, cuyo panorama es desolador para los 205 estudiantes que hay.

Ante la grave crisis por la falta de baterías sanitarias y un comedor no apto para recibir los alimentos que otorga el estado, los estudiantes y el cuerpo docente de la Institución Educativa Milciades Castillo Costa, sede Las Casitas, se inventan un conjunto de peripecias con tal de satisfacer sus necesidades.

Así lo confirmó Jorge Eliécer De la Cruz Pertúz, docente coordinador del claustro educativo, que se ubica en el kilómetro 7 de la vía que de Valledupar conduce al municipio de La Paz, donde solo está funcionando un sanitario, que no alcanza para suplir las necesidades de 205 estudiantes matriculados en la vigencia 2014, desde el nivel de preescolar a quinto de primaria.

En la radiografía que se presenta de lo que acontece en el recinto, la situación es crítica y temeraria, porque los menores además no reciben un optimo servicio para consumir agua potable y los alimentos suministrados en el programa de alimentación escolar.

“El acueducto que surte de agua al establecimiento educativo tiene problemas con respecto al suministro, porque hay un momento que los estudiantes se quedan sin agua, debido a que el bombeo es por horarios determinados, pero el problema radica en que las tuberías del colegio se encuentran en mal estado; el servicio sanitario de los estudiantes queda a merced del público, debido a que no hay encerramiento y esto ha llevado a que la comunidad, por falta de sentido de pertenencia, haya permitido el deterioro de éstas que ahorita están prácticamente deteriorada en un 50%”, relató el profesor de matemáticas, ciencias naturales y educación física.

De la Cruz Pertúz dice que el suministro de agua se hace de manera artesanal, gracias a un pozo que colinda con el colegio, lo que significa que el líquido no es apto para ingerirlo, debido a que no cuenta con el tratamiento adecuado de una planta y podría causar finalmente una emergencia sanitaria.

“Cuando se presenta el caso, por ejemplo de que no hay sanitarios, los menores se envían a las casas mas cercanas para que alguien pueda prestarles el servicio o simplemente, ellos buscan donde hacer sus necesidades a campo abierto, exponiéndose a los peligros del exterior; son circunstancias que debemos sortear porque todo en la vida no es perfecto, siempre hay cuestiones que se salen del orden”, señaló el educador. Agregó que la escuela tiene varios años de estar recibiendo ayuda alimentaria, con respecto a desayunos y almuerzos escolares, pero siempre el inconveniente y el problema radica en que los estudiantes no tienen un lugar digno en el que puedan recibir esos alimentos, porque la escuela no cuenta con un comedor escolar: “sí van a mantener un programa de esta índole, es para que la institución educativa permanezca con todo los parámetros que tienen que ver con salud básica”.

Luis Daniel Gámez Pacheco, alumno de quinto grado y con diez años de edad, dice que al lado del colegio se ven cultivos de yuca y plátano, acompañados de un criadero de pollos, que desborda un olor putrefacto a la hora de dar clases.

“Si un niño recibe alimentos en condiciones no adecuadas, no va a cumplir el objetivo del programa. Si algo queda faltando, siempre va a quedar esa falencia allí”: Jorge De la Cruz.

Los menores sin importar las condiciones del clima, se recrean en las clases de educación física o desde las 10:00 de la mañana, cuando inicia el recreo, en una cancha construida por ellos mismos; arcos hechos con tallos de árbol de anín, pequeño testigo de las corridas y caídas de los niños, que ven como las tres baterías sanitarias, supuestamente habilitadas, funcionan a medias: una sin tubos para los orinales, la otra permanece con un candado por estar averiada y la última dice ‘fuera de servicio’.

“La invitación en este caso es de parte de la rectora, quien le ha dicho a la comunidad que tenga mayor sentido de pertenencia, que estén cercanos a los estudiantes”: Rosaira Arredondo.

A pesar de que al colegio llegan niños de fincas aledañas y otros caseríos como son: Los Cachos, y Algarrobillitos, todos deben recibir y consumir las comidas en un pretil sucio y desquebrajado, ubicado debajo de un ramal de zinc, ya que no hay sillas y mesas que sirvan como comedor.
En conclusión, el coordinar estudiantil dijo “considero que lo primordial es el arreglo de las baterías sanitarias, que se haga un encerramiento total del área de la escuela y que la doten con comedor escolar para estos estudiantes”.

Falta de salones
Rosaira Arredondo, profesora de preescolar, argumentó que la Institución Educativa situada a unos 15 minutos de Valledupar necesita la construcción de nuevas aulas.

“La invitación en este caso es de parte de la rectora, quien le ha dicho a la comunidad que tenga mayor sentido de pertenencia, que estén cercanos a los estudiantes, pero debe reconocerse que se urge de un nuevo salón para niños de preescolar, que debemos incluir a todos los matriculados en un salón, cuando en los planes están dos”, afirmó Arredondo.

Éste colegio de Las Casitas cuenta con seis salones, que resguardan 205 estudiantes, orientados por siete educadores; dos de preescolar y cinco de básica primaria.

El gavilán… 

Un desgarbado, viejo y callejero perro, es el que hace las veces de celador en el plantel educativo, puesto que no hay una persona encargada de la seguridad del mismo desde la Secretaría de Educación de Valledupar.

Gavilán, es el nombre que por cariño recibe el animal, el que se pasea por los diferentes rincones del colegio, a pesar de estar cojo en la pata trasera izquierda y muy flaco: se mueve sin pedir permiso, y anda de un lado para otro sin impedimentos, porque la escuela está cerrada por simples varetas, que son violadas fácilmente por algunos residentes del sector y por el considerado popularmente, ‘mejor amigo del hombre’.

“Para que un sistema educativo sea de calidad, óptimo como lo determina el Ministerio de Educación Nacional, deben estar las condiciones establecidas y aptas para que ese estudiante tenga un buen desarrollo, porque un niño que no cumple a satisfacción sus necesidades de lógica que no va a tener un normal desempeño”, aseveró Jorge Eliécer De la Cruz.

Proyecto para mejorar

Según informó el secretario de Educación Municipal, Asdrúbal Rocha Lengua, por estos días la sectorial trabaja en la ponencia de un proyecto sobre inyección de recursos, en el que está incluida la institución creada el 17 de febrero de 1982.

“Es para nosotros primordial garantizar el servicio con calidad de la educación, por esa razón estamos buscando todos los mecanismos que sean necesarios para intervenir la Institución Educativa Milciades Castillo Costa, sede Las Casitas. La semana anterior, el Concejo de Valledupar aprobó en primer debate una inyección de recursos para la educación municipal, en la que está incluida la construcción de dos aulas para esa vereda y adicionalmente, la edificación de la nueva batería sanitaria”, aseguró Rocha Lengua.

El presidente del Concejo, Iván Lúquez Mindiola, explicó que es una iniciativa para adicionar cerca de 42.000 millones de pesos, dentro de los cuales hay alrededor de 16.000 del Fondo Nacional de Pensiones de las Entidades Territoriales (Fonpet), pero que falta un debate y después de la ponencia se podrán entregar las conclusiones del tema.

Qué provoca el problema
La situación presentada en Las Casitas propicia que se de la deserción escolar.

Así lo infiere el Sistema de Información para el Monitoreo, la Prevención y el Análisis de la Deserción Escolar (Simpade), sobre la llegada a tiempo de las estrategias de transporte y alimentación y sobre su cobertura.

La falta de recursos a nivel de docentes, equipos de cómputo, acceso a internet de buena calidad. En ese sentido se encuentra conveniente que se pueda realizar una evaluación de la capacidad institucional en los establecimientos educativos, de tal forma que se pueda determinar en una primera instancia si se cuenta con capacidad suficiente para cumplir con los requerimientos para el uso y apropiación de los sistemas de información, y en su defecto, se puedan diseñar estrategias alternativas de acompañamiento para este tipo de situaciones.

Puntos de vista

  • Sergio Andrés Rojas, estudiante: “Queremos implementos deportivos, porque jugamos con bolas de papel y arcos que nosotros hicimos”.
  • Keiner Enrique Moon, estudiante:“Le pido a la Secretaría de Educación que nos ayuden más, porque no tenemos agua y lugar para hacer las necesidades”.

En la actualidad, la Institución Educativa Milciades Castillo Costa, sede Las Casitas, cuenta con una cobertura de 205 estudiantes.

Por: Carlos Mario Jiménez  

Carlos.jimenez@elpilon.com.co

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