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En La Habana se escribe la historia

Ayer fue un día histórico, como todos los 17 de diciembre que celebramos un aniversario más de la muerte del libertador Simón Bolívar. Pero fue este un día muy especial. Quizá fue un homenaje a su memoria: al tiempo que se anunciaba la normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, después de 50 años de enfrentamientos, las Farc anunciaban por vez primera un cese unilateral indefinido, después de cinco décadas de conflicto.

Ambos sucesos abren un camino y un premio mayor, el primero, el futuro levantamiento del bloqueo económico a la isla; el segundo, en palabras de la guerrilla, un futuro armisticio, léase la Paz. Están ambos acontecimientos relacionados, no nos cabe duda.

No dejamos de gritar complacidos el triunfo del diálogo diplomático, de la razón, de la democracia y de la paz, valores que promueve El PILON, como principios tutelares. Podemos convivir civilizadamente en medio de nuestras diferencias, le escuchamos al presidente de Cuba, Raúl Castro. Con las mismas palabras respondió Santos la lluvia de centellas y rayos que generó el cambio al normalizar las relaciones con Chávez.

Detrás está la gestión de ese otro americano, el Papa Francisco. Y decimos americanos porque el presidente Obama al anunciar la normalización diplomática con Cuba recordó que todos somos americanos.

El desescalamiento del conflicto es el camino a su superación, hay que apurar la paz y desescalar el odio, la intensidad de las operaciones, los heridos y los muertos. Es un mensaje para la ciudadanía, sus dirigentes; que cada día en virtud del diálogo, la comprensión al ponerse en los zapatos del otro, de modo que guerra solo haya en la consabida piqueria.

Con este anuncio de cese al fuego unilateral e indefinido, los colombianos, las más de seis millones de víctimas, de esas 350 mil en el Cesar, abrigan la esperanza del fin del conflicto y el inicio del camino del post conflicto.

Es oportuno que los diferentes sectores sociales, gremiales, políticos, religiosos del Cesar analicen el nuevo panorama que ofrece esta decisión de las Farc, y así como lo dijo a EL PILÓN, el obispo de Valledupar, monseñor Oscar José Vélez Isaza, se comience a trabajar pensando en un escenario de post conflicto y siempre pensando en generar cambios desde la conciencia de cada ciudadano.

Ya las Farc mostraron sus cartas, ahora falta que la guerrilla del Eln y las bandas criminales post desmovilización de las autodefensas hagan lo mismo. Solo así se podría lograr una verdadera paz.

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