Este martes, el foro ‘El Cesar y la nueva ley de regalías’ será el espacio ideal para dialogar sobre cómo la última reforma al Sistema General de Regalías, SGR, promovida por el Gobierno nacional, impactará a departamentos productores como el Cesar.
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En esta oportunidad, desde el Gobierno nacional participará como ponente Luis Alberto Rodríguez, director del Departamento Nacional de Planeación. Junto a él estarán el senador de Cambio Radical, Didier Lobo; José Miguel Linares, presidente de Drummond Ltd.; el alcalde de El Paso, Andry Aragón, y el exministro de Minas, Amylkar Acosta.
Previo al encuentro, el exministro Amylkar Acosta dialogó con EL PILÓN sobre algunas particularidades de la reforma aprobada en el Congreso.
La reforma plantea más recursos para los municipios productores sin afectar los ingresos de los otros municipios. ¿Cuál es la fórmula?
El objetivo principal de la reforma es darle más ingresos a los departamentos y municipios productores y portuarios, quienes con el régimen de la Ley 141 de 1994 y la Ley 756 del 2002 concentraban los mayores ingresos. En el 2011 se hizo una reforma, la de redistribución, que fue una reforma de ganadores y perdedores. Ganaron los departamentos y municipios que no eran productores, y perdieron los productores, entre esos Cesar y La Guajira.
Se despertó un descontento en las regiones donde operan las empresas extractivas, de carbón o petróleo. Las poblaciones se sintieron lesionadas. Entonces, esta reforma tuvo como finalidad mejorar las condiciones de los municipios portuarios y productores. Pasaron del 10 % a un 20 %, más un 5 % adicional. En esta reforma no hubo perdedores. El gobierno se las ingenió para aumentar los recursos a los productores, pero sin afectar a los no productores. Simplemente se echó manos de los recursos ahorrados.
¿Cuál era el fin de esos recursos ahorrados?
El criterio era ahorrar en vacas gordas, para utilizarlos en vacas flacas.
¿Estamos en vacas flacas?
Estamos en vacas flacas.
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¿La pandemia es la única culpable de las vacas flacas del sector minero?
No, no, simplemente agudizó los problemas. Hablamos del altísimo desempleo y se le achaca a la pandemia, y en el 2019 ya había crecido varios puntos; que está aumentando la pobreza, sí, por la pandemia, pero en el 2019 también aumentó, y no estábamos en pandemia.
Entonces, los ingresos por concepto de regalías venían disminuyendo antes de la pandemia, tanto por los bajos precios como porque bajaron los volúmenes de producción. Ahora, cuando llega la pandemia, la baja en los precios es mayor y la baja en el volumen de la producción es mayor.
¿Es correcto eliminar los OCAD y que sean los departamentos y alcaldías los que decidan qué proyectos se aprueban?
En ese sentido se ganó en autonomía. En el esquema que se creó con el Acto Legislativo 015 de 2011 la última palabra en la viabilización y asignación de recursos para los proyectos la tenía el Gobierno nacional. Ahora con la supresión, porque eran 1.152 OCAD, solo quedaron solo 8 OCAD. Con eso se descongestiona el sistema.
¿No permitirá eso el aumento de proyectos como las piscinas sin agua?
Ese es el reto que tienen las regiones, demostrar que tienen capacidad de gestión, capacidad de ejecución y voluntad de hacer las cosas con transparencia. Allí entra a jugar un papel importante el control social, que se pellizquen las comunidades, que estén vigilantes. Y la Contraloría General, con la última reforma, tiene mayor poder y puede realizar control preventivo…
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Con la reforma también se benefician los municipios pobres, aunque muchos de ellos han recibido millonarios recursos que no han sido manejados de la mejor forma…
Precisamente tiene que ver con el desarrollo de capacidades en las entidades territoriales para que sepan estructurar y priorizar los proyectos que realmente son necesarios. Hay que evitar que se desvíen los recursos en proyectos inoficiosos.
Por último, ¿cuál es la proyección en materia de regalías?
Hay que ser conscientes que las regalías provienen de recursos no renovables, son recursos que se van agotando, y le va pasando su cuarto de hora. No es que las regalías van a desaparecer cuando se acabe el carbón o el petróleo, desaparecerán mucho antes de eso. El problema actual de la contracción de los mercados y la baja de los precios, eso es un problema estructural. Para eso nos debemos preparar como país y sobre todo como regiones.
Por Deivis Caro/EL PILÓN.