En esta ocasión no solo se trata de la celebración del Día Internacional de la Diversidad Biológica, como se acostumbra todos los años el 22 de mayo, en esta oportunidad el mundo tiene fijada la mirada hacia Colombia que es sede de la versión número 16 de la Conferencia de las Partes, COP, del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), considerada la Cumbre de Biodiversidad más importante del planeta, a realizarse entre el 21 de octubre y el primero de noviembre de 2024, en la ciudad de Cali.
Recordemos que la diversidad biológica, o biodiversidad, abarca la variedad de seres vivos sobre la Tierra, incluyendo la variabilidad genética dentro de cada especie, la variedad de especies en sí y la variedad de ecosistemas. Este patrimonio natural es la base de la vida y de los servicios esenciales que los ecosistemas proveen a la humanidad, desde el aire que respiramos hasta el agua que bebemos, los alimentos que consumimos y la regulación del clima.
Sin embargo, a pesar de su vital importancia, la biodiversidad enfrenta amenazas sin precedentes debido a la actividad humana. La deforestación, la contaminación, el cambio climático, la sobreexplotación de recursos y la introducción de especies invasoras están llevando a muchas especies a la extinción a un ritmo alarmante. La pérdida de biodiversidad no solo implica la desaparición de especies, sino también la degradación de los ecosistemas y la pérdida de sus servicios, lo cual tiene consecuencias directas para el bienestar humano y el desarrollo sostenible.
Es por ello que este año, con la COP16 a bordo, en el Día Internacional de la Diversidad Biológica Colombia jugará un papel importante en ese proceso encaminado a resaltar la interconexión entre la biodiversidad y la salud humana, lo cual se evidenció durante la pandemia de COVID-19 que puso de relieve la relación estrecha entre la salud de los ecosistemas y la salud humana. Son muchas las teorías que afirman que “la destrucción de hábitats naturales y la explotación de la vida silvestre pueden aumentar el riesgo de enfermedades zoonóticas, aquellas que se transmiten de los animales a los humanos”.
Es urgente que adoptemos una nueva relación con la naturaleza basada en el respeto y la sostenibilidad. Esto requiere un compromiso global y acciones concretas a todos los niveles. Por un lado, los gobiernos deben implementar y reforzar políticas de conservación y uso sostenible de la biodiversidad y, por otra parte, las empresas tienen que adoptar prácticas responsables que minimicen su impacto ambiental. Entre tanto, los ciudadanos deben tomar conciencia de la importancia de sus hábitos de consumo y su huella ecológica.
En esta COP16 se espera que los países presenten la actualización de sus Estrategias y Planes de Acción Nacionales sobre Biodiversidad, con eso se pretende definir una línea de implementación con metas y planes específicos. Hasta el momento, España, China, Japón, Luxemburgo, Francia y Hungría han presentado sus actualizaciones.
Al ser Colombia la sede, su compromiso debe ser mayor y se espera que el Gobierno presente la actualización de su Plan de Acción de Biodiversidad. Se conoció que, a principios de 2023, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, con apoyo del PNUD, entre otras entidades, inició el proceso de actualización y ajuste del Plan de Acción vigente. Una buena oportunidad para Colombia y las banderas ambientales que ha identificado el gobierno Petro.