Como si se tratará del inhóspito y denso desierto de La Guajira, a lomo de mulo, carretillas o a pie, los niños de la comunidad Tezhumake recorren largos y extenuantes caminos en busca de agua que sacie su sed.
A unos 6 kilómetros del corregimiento de Patillal en el departamento del Cesar, rodeado por una vegetación árida y un sol atenuante se encuentra el asentamiento indígena Tezhumake en el que habitan Koguis, Wiwas y Arhuacos.
La comunidad, que se ubica entre la cuenca media-alta del río Ranchería y los cursos superiores del río Cesar y Badillo, ha experimentado durante largos años la difícil situación de perecer agua para el consumo humano.
Una problemática que ha sido recurrente y que ha provocado una crisis social, económica, educativa y de salud pública en el resguardo.
EL AGUA
De una improvisada alberca con agua espesa y amarillenta, que se encuentra sucia y empozada; no apta para el consumo humano, ni siquiera animal, las más de 400 familias que viven en el resguardo indígena consumen y hacen sus labores cotidianas.
“Tenemos agua de unos ‘pocitos’ que no es agua potable y no es apta para el consumo humano, sin embargo la comunidad frente a la escasez de agua se ve obligada a consumir de la misma, se ven afectados los niños, la comunidad en general”, manifestó Maira Bolívar, docente del Centro Educativo Tezhumake.
En el asentamiento los animales también sufren el desabastecimiento de agua que se vive en el lugar, los cerdos, perros, mulas y chivos recurren a los pocos laguitos o pozos artesanales para hacer sus necesidades y saciar la sed.
“El agua que nosotros consumimos también la compartimos con animales, esos animales están sueltos y nosotros tomamos de esa agua y también nos bañamos, cocinamos, hacemos todo con esa agua”, expresó la docente.
El resguardo, que tiene un proceso jurídico por parte de la Corte Constitucional, no ha visto soluciones que sopesen la problemática que actualmente se vive en el lugar.
UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA
La carencia de agua potable en el resguardo se ha convertido en un problema sistemático de salud pública que ha ido escalando de infecciones estomacales a casos más graves como enfermedades en la piel y desnutrición.
“Nosotros sin agua no podemos vivir, yo tengo 3 niños, cuando se nos acaba el agua nos ponemos muy angustiados porque la necesidad del agua es muy recurrente. Los niños se enferman de diarrea, vómito y les sale brote producto del consumo del agua”, expresó Yadelis Nieves, madre de familia.
El ‘médico’ del resguardo quien en realidad es enfermero, poco o nada puede hacer para solucionar el problema de salud pública que se presenta en el resguardo.
Para una valoración más generalizada las madres de los niños se ven obligadas a desplazarse hasta el casco urbano en Valledupar para recibir una atención completa y de calidad.
No obstante, los médicos advierten a las madres que aunque curen momentáneamente a sus hijos de las enfermedades que presentan, de nada servirá si siguen consumiendo el agua sucia y empozada del lugar.
UN PROBLEMA EDUCATIVO
El resguardo indígena cuenta con un Centro Educativo que alberga a más de 160 estudiantes de básica primaria y media con constante vigilancia por parte del Programa de Alimentación Escolar, PAE, sin embargo, por la falta de agua se suspendieron las clases.
El Centro, quien reconoce que las condiciones no están dadas debido a la falta de agua potable, aseguró también que es responsabilidad de la administración municipal, pues no ha sido eficiente y eficaz con la orden que determinó la Corte Constitucional.
“En la escuela nosotros tenemos que cocinar con esa agua, permanentemente nos están haciendo vigilancia por parte del programa que tiene la Alcaldía, y nos enfatizan que se le dé un buen uso a la alimentación, pero miramos que también la Alcaldía no se da cuenta que estamos trabajando con una agua no apta para el consumo humano”, afirmó Maira Bolívar.
La docente resalta además que con esfuerzo de la comunidad se ha construido la escuela; sin embargo, aseguró Bolívar que no solo son niños de Tezhumake los que vienen a recibir clases, sino niños y jóvenes de otras comunidades que se benefician del servicio.
“El único bachillerato para el pueblo wiwa en el departamento del Cesar es este, son niños no solo de esta comunidad sino de diferentes comunidades que quedan a 5 o 6 horas de camino”, manifestó Bolívar.
PROBLEMA ECONÓMICO
El resguardo indígena como actividad económica y de supervivencia optó por crear algunas huertas caseras para el consumo de sus propios alimentos, sin embargo, debido a la sequía y precaria situación con el agua se secaron.
Por otra parte, la cría de animales se ha visto también afectada por el poco flujo de alimentos y el agua contaminada que emana en el sector.
“Los habitantes que riegan sus siembras con esa agua, la mayoría se les ha muerto, no solo es un tema de sequía, la comunidad depende mucho de sus animales y les ha tocado malvender por un pedazo de bastimento o de otra cosa para subsistir”, acotó Maira Bolívar.
INCUMPLIMIENTO DE LA SENTENCIA
Con un acción de tutela interpuesta por la Asociación de Cabildos Indígenas del Cesar y La Guajira , la EPSI Dusakawi y el cabildo gobernador del pueblo wiwa, contra la Alcaldía de Valledupar, el resguardo demandó el derecho fundamental al agua potable en su comunidad.
Con un fallo de la Corte Constitucional se le ordenó a la Administración Municipal suplir las necesidades de la comunidad a corto, mediano y largo plazo.
De esa manera la Alcaldía debió garantizar a corto plazo el suministro diario de 50 litros de agua potable para cada uno de los 1.462 habitantes de la comunidad Tezhumake y entregar tanques de almacenamiento de 20.000 litros.
Sin embargo, hasta el momento, según los habitantes del asentamiento indigena la Administración Municipal no ha cumplido a cabalidad con los requerimientos expuestos por la corte, lo que ha dificultado aún más la solución a la problemática que presenta la comunidad, pues el agua ni siquiera es llevada semanal sino mensualmente.
“Nosotros en reiteradas ocasiones hemos hecho el llamado, hemos emitido documentos a la Oficina Jurídica del Municipio para que atiendan lo que les ordenó la Corte Constitucional. Solamente se almacenan en unos tanques y no se está entregando como se dice que son 50 litros por familia”, manifestó Gabriel Gil, representante de la Comisión de Jóvenes del pueblo wiwa.
Cabe resaltar además, según la comunidad indigena que los carrotanques llegan mensualmente y solo dejan 5.000 litros de agua que son distribuidos no solo en el colegio sino en todo el asentamiento indígena.
“Hace más de un mes que se trajo el agua y no es mucha, cuando ellos la traen inmediatamente se va porque cada familia puede coger una canequita de agua pero esa es una caneca de 20 litros y eso no alcanza para cocinar o para el consumo humano por mucho tiempo”, manifestó Maira Bolívar.
Varios de los tanques llevados por la Administración Municipal se encuentran en total abandono pues el ‘agua brilla por su ausencia’, mientras la población indígena perece por el precioso líquido.
LA ALCALDÍA
El diario EL PILÓN, el 23 de febrero se comunicó con la Administración Municipal de Valledupar para conocer su versión frente a las quejas presentadas por el resguardo indigena y aseguraron que estaban enviando los carrotanques y que al día siguiente; es decir el 24 de febrero se iba hacer la entrega del agua a la comunidad.
“Mañana va otro carrotanque para allá, mientras tanto estamos adelantando las obras para hacer el acueducto, le hicimos la instalación de tanques grandes y van los carrotanques”, expresó Arturo Calderón, secretario de Gobierno de Valledupar.
Sin embargo, en una visita hecha el 25 de febrero al asentamiento Tezhumake por este diario, se pudo comprobar la situación en la que se encuentra la zona.
Hasta el momento ningún carrotanque había hecho entrega del agua ni se ha cumplido el falló de la Corte Constitucional.
Asimismo, se consultó con la Administración Municipal sobre la entrega del agua al resguardo y aseguraron que es totalmente falso lo que los habitantes dicen, pues según ellos han cumplido con los envíos.
“El 5 se mandaron unos carrotanques, entonces no es verdad que hace un mes… Hace 15 días (se) enviaron y luego yo envié otro”, aseguró Calderón.
Además, el secretario de Gobierno manifestó que el agua no alcanzaba debido a que es malgastada por los habitantes: “Deben tener allá el tema de austeridad no malgastar el agua, sobre todo que esa vía no es ni tan cerca, mañana (24 de febrero) sube otro carrotanque allá, no solo es esa vía, todas las cuencas han quedado secas, tenemos que llevar agua a muchos corregimientos, no solamente son ellos, son todos los corregimientos que están sin agua”.
Cabe resaltar que la comunidad reconoció que tienen conocimiento sobre la difícil situación que viven otros corregimientos y asentamientos, y que por eso habían cedido en una mesa de concertación donde la Administración Municipal se comprometió en llevar el agua en el término de 8 días.
“A nosotros nos comentaron esa situación y dijimos que nosotros entendíamos y dentro de unos compromisos dijimos que lo hiciéramos cada 8 días que nosotros entendemos la situación también, pero a ese acuerdo también se ha hecho caso omiso”, según relató Gabriel Gil a EL PILÓN.
Redacción: Melissa Valle /EL PILÓN