X

“En el Cesar deben rebelarse contra la corrupción”: Sergio Fajardo

Sergio Fajardo en EL PILÓN.

En primer lugar, hablemos del propósito de la visita a Valledupar

La intención es escuchar a la sociedad cesarense. En este caso, el departamento tiene  un reto particular a diez años: la transición del carbón hacia otra economía, lo cual necesita  una articulación muy grande entre los diferentes sectores de la sociedad.  Es crucial que en el territorio sean capaces de articularse.

Desde mi experiencia personal en Medellín y Antioquia puedo decir que la participación del Gobierno nacional es importante, pero si los locales no están articulados y no tienen la capacidad de interpretar su territorio, la presencia del Gobierno nacional no dará resultados. Necesitamos instituciones locales sólidas para poder avanzar.

¿Qué otro propósito tuvo la visita?

Una reunión con los jóvenes para debatir sobre educación y empleo. Compartimos algunos programas que venimos trabajando y los escuchamos para entender bien las necesidades de los jóvenes del Cesar.

Además, una reunión  con las personas de la Coalición de la Esperanza y Compromiso Ciudadano, el movimiento nuestro, para ver cómo estamos trabajando y cuál es el camino.

Y por último, salir a caminar. Desde que tenía 0 % en las encuestas y 0 pesos, hasta el día de hoy, caminar es fundamental en mi vida política. Qué mejor que Valledupar para caminar.

¿Cuáles, considera, son los principales desafíos del departamento además de la transición energética?

Este territorio padece de algo que nosotros no quisiéramos ver en ninguna parte de Colombia: la corrupción. Esa corrupción en el Cesar se ha robado las posibilidades de desarrollo. Y esa no es una buena imagen, pero tampoco se puede ignorar.

Si no hay una lucha  decidida contra la corrupción en el departamento no habrá posibilidad de progreso por más planes que se hagan, por más discursos que se echen.

Es imposible que una región alcance el desarrollo con la inestabilidad que sufren las principales instituciones del territorio: gobernador encargado; la corporación ambiental director encargado, y la Universidad Popular con rector encargado.

Un problema grave es la priorización de la inversión…

Lo primero que  me dicen cuando vengo para Valledupar es que están construyendo un centro cultural por $138.000 millones. Un solo proponente. Raro un solo proponente para una inversión de ese tamaño.

La inversión es gigantesca para el tamaño del Cesar y sus recursos. Pero listo, esa es la inversión, es para cultura, pero ¿cuál es el proyecto  cultural para utilizar ese centro? No existe. Entonces van a construir un cascarón que no está lleno de contenido. Los jóvenes deben ser los dueños de esos espacios.

Hablemos de Valledupar, retos y oportunidades…

Esta ciudad tiene grandes condiciones de desarrollo relacionadas con el mundo de la educación. Este es el momento para que Valledupar sea una ciudad educadora eje del Cesar, La Guajira, el Magdalena y toda la región. Pensemos en Manizales, una ciudad que tiene riquezas asociadas con la educación. En Tunja, similares condiciones.

Pero, ¿qué tienen de característica esas ciudades? Una universidad pública certificada con alta calidad. Es inaceptable que la Universidad Popular del Cesar complete dos años discutiendo por la elección del rector, cuando esta universidad debería estar hablando de emprendimiento, de la ciencia que necesita la región, de desarrollo científico. Mientras no resolvamos ese problema el Cesar no avanzará.

En toda mi vida política, cuando visito un territorio, pregunto por los niveles educativos. Y en el Cesar estamos mal. Si no se eliminan esos obstáculos todo lo que se diga es carreta.

Por otro lado: ha centrado su discurso en la buena administración pública… pero en el Cesar, lastimosamente, no nos destacamos en ese punto

No crean que vendrán los organismos del Estado a resolver el problema. El problema solo lo resuelven las personas del Cesar. Soy elegido presidente y entonces vamos a luchar contra la corrupción, pero si no hay en el territorio instituciones que permitan trabajar será imposible. Esto es con una ciudadanía que se rebela porque hay unos pocos quedándose con las riquezas del Cesar. No hay otra forma.

Hablemos de los jóvenes: en el Cesar los índices muestran resultados negativos…

El primer del diálogo con los jóvenes siempre será sobre la educación. En ese sentido, tenemos varios compromisos: mejorar la calidad de la educación básica y secundaria en el departamento; si los jóvenes salen mal preparados del colegio la posibilidad de transformar y desplegar sus capacidades es reducida.

Nosotros vamos a avanzar en el proyecto de universidad pública gratuita. Pero eso no es suficiente. Queremos acompañar a los jóvenes desde el colegio para ver qué carrera estudiarán; para explicar el contexto productivo de la región y para superar sus debilidades.

Hay varios programas que no he presentado en público. Un programa que lo hicimos en Medellín, y ahora queremos hacerlo en todo el país: las prácticas de excelencia de estudiantes en toda Colombia. Para cada Alcaldía y Gobernación escogeremos, por un proceso de selección pública, estudiantes que vayan a realizar sus prácticas en las administraciones. Sería todos los semestres; la idea es incorporar a los jóvenes a la administración pública.

En Valledupar sufrimos la inseguridad urbana, pero no es un problema exclusivo…

Antes  de venir para  Valledupar escuchaba cómo a una joven por robarle el celular le pegaron varios disparos. Estamos llegando a niveles no vistos. Aquí es fundamental la experiencia de haber sido alcalde y gobernador. Primer punto, debemos estar de la mano los gobernantes y la Policía para visitar barrio por barrio, con las diferentes secretarías y tener el mapa de las condiciones sociales de cada territorio. El alcalde de Valledupar debe saber qué pasa en cada parte de su territorio.

Pero tiene que haber un plan de inteligencia urbana. Colombia desarrolló una gran inteligencia para enfrentar a las guerrillas, para capturar objetivos estratégicos. Pero ese capítulo ya está cerrado, necesitamos la inteligencia en las zonas urbanas.

Pero también es necesaria una política de prevención, entre otras cosas para seguir la plata (del narcotráfico). Esa política atiende a los jóvenes que están a punto de entrar a la criminalidad. Cuando uno conoce su territorio sabe dónde está la población en riesgo.

¿Qué experiencia le dejó el 2018?

Muchas. Una campaña presidencial es como ir montado encima de un huracán. Pero el día que se terminan las elecciones  usted cae al suelo. Es tremendo. Voy a contar dos experiencias.

La primera, la importancia del trabajo conjunto y las consultas. En el 2018 no hicimos consulta y dedicamos todo nuestro esfuerzo a las listas al Congreso de la República. Ahora estamos  ampliando el grupo de personas con las que estamos trabajando. Es importante mostrar que podemos trabajar personas con diferencias.

Colombia va a cambiar. De eso no tengo la menor duda. Pero hay dos posibles cambios: el cambio para arrasar, con rabia, y el cambio para transformar y construir, que es lo que representamos.

¿Cuál es la segunda experiencia?

Poco se habla de ella: ¿conocen cuánto costó la campaña presidencial de Duque, de Petro, de Fajardo, de todos los que participaron? Eso es público. Mi campaña del 2018 costó $11.000 millones de pesos. Las campañas de Duque y Petro alrededor de $24.000 millones. $13.000 millones de diferencia, y Petro, por ejemplo, me sacó a mí 250.000 votos.

Nosotros debemos tener unos recursos que nos permitan cubrir eficientemente el territorio. Yo nunca salí en la televisión, y eso es importante. Otro ejemplo: viajar de un lugar a otro. Si uno tiene recursos para dentro de la campaña conseguir transporte aéreo eso es un alivio. Si tuviera esa capacidad me ahorraría demasiado: en campaña cuando venía a Valledupar me tocaba de Medellín a Bogotá y de Bogotá a Valledupar. Mientras hacía ese recorrido, el otro candidato con transporte aéreo iba a 5 lugares de Colombia. Es una lección que tenemos que aprender: los recursos son necesarios para ser eficientes.

Un informe de La Silla Vacía señalaba que al candidato Sergio Fajardo le había faltado “ganas”…

Faltando 2 semanas para la elección, en reunión del equipo, Claudia López dice: “Necesitamos $8.000 millones para hacer publicidad”. Podríamos haber tenido $13.000 millones más por los votos que sacamos, pero ¿sabe cómo se invierte en una campaña? Soy yo quien debe firmar para conseguir un préstamo ante los bancos. Yo, como individuo, debo firmar y responder por esa plata. ¿Cómo voy a pagar yo ese dinero si no consigo los votos?

Por supuesto que siempre tuve ganas. La muestra clara son las encuestas. En marzo de 2018 aparezco 15 puntos porcentuales por debajo de Duque y Petro. Allí es donde utilizo el símil de vamos a remontar y me monto en bicicleta. Al final quedamos con una diferencia de 1,3 %. Para eso hay que tener muchas ganas.

En materia personal, ¿qué cambió respecto a las elecciones del 2018?

Esta es la campaña en la que he estado más tranquilo, en paz, con la sabiduría que dan los años. Aprendí a no dejarme atrapar por las confrontaciones, necesario para unir a Colombia. En estos 3 años en Colombia no ha habido persona más insultada en el mundo de las redes que yo. Pero yo tranquilo, no trago amargura. Siempre mantengo la cordura. Me voy a disfrutar la campaña.

Por último, ¿llegará el centro político unido a las elecciones del 2022?

Este es un centro para cambiar. Nosotros estamos en oposición al Gobierno nacional. Cualquiera que esté con el Gobierno no puede estar en la coalición por principios. Es importante entenderlo. Vamos a cambiar el modelo de gobernar el país durante los últimos 20 años.

¿Y Alejandro Gaviria?

Nosotros desde la Coalición de la Esperanza estamos invitando a Alejandro Gaviria para que nos sentemos a conversar a ver cómo puede ser parte de ese centro que nosotros queremos  construir en Colombia. Lo vamos a invitar a que participe en la consulta de marzo del 2022.

Por: Deivis Caro Daza

Categories: Entrevista
Deivis Caro Daza: