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En defensa de la población infantil

Es un compromiso de todos la protección y defensa de los derechos de los menores de edad, por ello resultan de gran importancia todas las acciones, iniciativas y cualquier tipo de estrategia encaminada a garantizar el bienestar de la población infantil.

En ese sentido aplaudimos el concurso promovido por la Secretaría de Salud de Valledupar en alianza con la Universidad del Área Andina, denominado ‘Oigan Pelaos, ojo al dato’, con el fin de crear conciencia sobre todos los inconvenientes que se derivan del embarazo en la adolescencia.

El concurso estuvo dirigido a niños, niñas y adolescentes entre 10 a 19 años, quienes debieron crear un video “que refleje su perspectiva sobre la prevención del embarazo en la infancia y adolescencia”, además de abordar contenidos que los documente a profundidad sobre el tema. Los ganadores fueron estudiantes del grado 11 del colegio Alfonso López, premiación que se hizo este viernes 27 de septiembre.

Sabemos que este tipo de acciones no son la solución definitiva al problema, pero sí ayudan mucho como punto de partida de ese proceso que demanda un compromiso colectivo de toda la sociedad.

Las cifras que se conocen obligan a replantear muchas cosas. Colombia ocupa el puesto 20 a nivel mundial en uniones de niñas y adolescentes antes de los 15 años y el puesto 11 antes de los 18 años, resultando con mayor afectación las niñas indígenas, un 33.8 % de ellas son casadas antes de cumplir la mayoría de edad.

Es tanta la dimensión que ha tomado ese fenómeno social que en estos momentos se tramita en el Congreso de la República un proyecto de ley que busca eliminar el matrimonio infantil en Colombia, el cual ya fue aprobado en la Cámara de Representantes, surtió primer debate y aprobación en comisión del Senado de la República y solo está a la espera de la sesión plenaria de esa corporación para que se convierte en ley de la República.

Esa sería una herramienta legal muy poderosa para que comiencen a disminuir las cifras de adolescentes embarazadas en Colombia, donde Valledupar y el Cesar, en especial el corredor minero, ponen una buena cuota al problema, máxime cuando estos son territorios con una alta población indígena y con muchas desigualdades sociales, tal como lo revelan las cifras del DANE.

Claro está que, además de las autoridades oficiales, se necesitará involucrar en esta tarea a todos los sectores: educativo, sanitario, familiar y comunitario. Una labor ardua que debe dar como resultado el mejoramiento del panorama para las nuevas generaciones y avanzar hacia una sociedad más equitativa y saludable para todas las poblaciones.

No se puede desconocer que los embarazos en menores de edad representan un problema de salud pública de gran magnitud en Valledupar, lo cual tiene repercusiones profundas, tanto para las jóvenes afectadas como para el entorno familiar y la comunidad. La educación sexual integral debe convertirse en una obligatoriedad tanto en los hogares como en las instituciones educativas, eliminando tabúes y brindando información precisa sobre anticoncepción. Todo con el apoyo de la institucionalidad que ayude a empoderar a los jóvenes para tomar decisiones de manera consciente y con pleno conocimiento de las causas y sus respectivas consecuencias.

Por todo ello, la creación de este tipo de concurso como “Oigan Pelaos, ojo al dato”, resultan oportunos frente a la realidad que viven nuestros jóvenes.

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