Por: José Romero Churio
A raíz de la polémica generada por el trato descomedido del presidente venezolano Nicolás Maduro al expresidente Uribe -a quien tilda de asesino y acusa de estar fraguando un atentado en su contra-; el presidente JM Santos, le responde a los críticos de su silencio, que la dignidad de los expresidentes y demás conciudadanos en el exterior se defiende mejor a través de la diplomacia y no vociferando por todos los medios como lo hacen los enemigos de la paz.
No cabe duda en que el mandatario colombiano está actuando de manera correcta, pues todo el mundo sabe que el expresidente Uribe anda en campaña política en busca de que su movimiento político Puro Centro Democrático, en las próximas elecciones parlamentarias, obtenga un número significativo de votos que lo habilite como partido y que si llega a sacar la mayoría de las curules del Congreso sería el final del actual proceso de paz.
No es secreto que los interesados en acabar el régimen socialista establecido en Venezuela por el ahora difunto Hugo Chávez, han aprovechado el estrecho triunfo de Nicolás Maduro, apoyando a Henrique Capriles en que mantenga su denuncia de fraude electoral con el propósito de desestabilizar la gobernabilidad en el vecino país, respaldada por sus autoridades que respetan la decisión de la mayoría como lo ordena su Constitución.
Así como la dirigencia del capitalismo con sede principal en la ciudad de Washington y sucursales en todos los continentes, hace todo lo posible para reconquistar una de las fuentes de petróleo más grande de la tierra, los partidarios del socialismo del siglo XXI creado por Hugo Chávez lo defienden con sus amigos, especialmente con la experiencia de los hermanos Castro que han gobernado en Cuba a capa y espada desde 1959.
En fin, obviamente, ni el capitalismo del Consenso de Washington ni el comunismo a ultranza de Marx, Engels, Lenin, Stalin, los hermanos Castro y Hugo Chávez colman la expectativa de toda la gente, en consecuencia, los habitantes de todos los países claman por el derecho y la libertad de vivir en paz, que en nuestro país -a corto plazo- sólo se logrará negociándola con la guerrilla, no a la fuerza como quiere la derecha recalcitrante.
Vuelve la época aciaga
¡Qué Bárbaros! Los codiciosos. Se resisten en renunciar a la violencia y, por ende, a Valledupar retorna la época aciaga de la aniquilación selectiva de aquellos que cumplen a cabalidad el ejercicio del periodismo. Mi voz de solidaridad a los ocho periodistas amenazados de muerte por anónimos, autodenominados ‘Grupo Anti Restitución’.
Se le recuerda a estos salvajes, que el presidente Santos en múltiples escenarios ha declarado que la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras la hará cumplir contra viento y marea. Entonces, porqué asesinar periodistas en vez de obedecer dicha ley.