A la par de las dinámicas del mundo moderno, especialmente en las formas o mecanismos que permiten la obtención del conocimiento acorde con la realidad, se inaugura en Valledupar el primer SENA étnico de Colombia, cuyo nombre por sí solo denota cierta novedad.
Es precisamente eso lo novedoso de este proyecto, una institución de formación educativa con enfoque diferencial hacia las comunidades indígenas de Valledupar y el departamento del Cesar, en la que participan el Ministerio del Interior, el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, y la Alcaldía de Valledupar, con una inversión que supera los 5.700 millones de pesos.
Es así como podemos destacar que estos tres entes, de manera acertada, visionaron la importancia de contar con este tipo de instituciones de formación no solo educativa sino también de valoración de la idiosincrasia de nuestros pueblos indígenas, con quienes se estaba en mora de permitirles el desarrollo de su potencial en sus propios entornos y natural formas de vida.
Y qué bueno que sea Valledupar la primera ciudad en inaugurar el SENA Étnico si se tiene en cuenta la amplia comunidad indígena asentada en su territorio y las diversas organizaciones y familias de esta población existente en la Sierra Nevada y otras regiones como la serranía de El Perijá, cuyas principales necesidades las resuelven en la capital cesarense.
Se tiene conocimiento que serán cuatro SENA Étnicos en todo el país, ya avanza a buen ritmo el que se construye en Risaralda y se cree que este año también será inaugurado,
La puesta en funcionamiento de esta institución en Valledupar sin duda alguna marcará un punto de quiebre en cuanto a los procesos de modernización e inclusión de los pueblos indígenas, por ello será necesaria la realización de mesas de trabajo y de socialización, con los voceros de las comunidades indígenas y expertos en temas relacionados con la pedagogía diferencial, para que así no se vaya a perder el sentido y el espíritu mismo del proyecto.
Se estima que con este nuevo SENA se impactaría a una población cercana a los 64.000 indígenas de los pueblos Arhuaco, Kogui, Wiwa, Kankuamo, Yukpa, Chimila y Wayú, con presencia en el departamento del Cesar, esa es una cifra importante en pro de la protección de las culturas ancestrales y que además estas se puedan potencializar para el fortalecimiento de los saberes de “nuestros hermanos mayores”.
Todo debe apuntar a que las actuales y próximas generaciones de las comunidades indígenas cada vez estén más preparadas para hacer aportes importantes a nuestra región y también para el desarrollo de sus propios resguardos y territorios demarcados por su propia naturaleza ancestral.
Debido a la magnitud e importancia del proyecto, queda la inquietud sobre la financiación y sostenimiento en el tiempo de este nuevo SENA, cuyos requerimientos en logística y aspectos administrativos no son cosa de poca monta, allí debe establecerse un compromiso concreto y claro entre los distintos entes gubernamentales para garantizar su buen funcionamiento y con todas las exigencias del tema.