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En alerta permanente, la única opción

Continúa la zozobra en muchas zonas del Cesar como como consecuencia del fuerte invierno que se presenta en toda la región Caribe.

Preocupa y genera incertidumbre la situación en gran parte de la comunidad cesarense, las alarmas están encendidas por eventuales riesgos en las vías, en algunas zonas rurales de los municipios más afectados, además de diversos sectores urbanos que no escapan a los arroyos y a las fuertes corrientes que forman los intensos aguaceros que no cesan por estos días.

EL PILÓN ha estado recorriendo los sitios más afectados por el invierno en la región y el balance es de verdad inquietante. Además de lo que ya se conoce de Bosconia, La Paz y San Diego, los nuevos reportes hablan de amenazas en zonas rurales de estos municipios como en el corregimiento de Media Luna, algunas veredas y de muchos tramos importantes de las vías del Cesar, tanto terciarias como principales.

El caso que mantiene en vilo a la comunidad y autoridades es el que se registra en el corregimiento de San José de Oriente, en jurisdicción del municipio de La Paz, allí el temor es mayor por posibles deslizamientos de tierras en varios de los cerros aledaños a esa población y que circundan las vías de acceso, razones de sobra para que esas comunidades permanezcan en estado de intranquilidad. Allí no hay derecho a dormir, solo a estar en alerta permanente.

Lo que sucede en San José de Oriente merece especial atención, ya algunos habitantes han optado por desalojar sus viviendas, otros se resignan y se quedan a la espera de los designios de la naturaleza misma. Como se conoce, esa región es una de las principales despensas agrícolas de Valledupar y demás municipios circunvecinos, cuya producción, al igual que en otras zonas, se ha visto afectada por el invierno durante todo el año, con mayor incidencia en este segundo semestre.

San José de Oriente es el espejo de lo que pasa en muchas zonas del Cesar con similares características naturales. Todo ello obliga a que el Gobierno nacional, autoridades departamentales y locales comiencen a avizorar medidas tendientes a contrarrestar la inminente falta de productos comestibles que en el mediano y largo plazo podría presentarse. Si los campos no pueden producir sencillamente no habrá los productos principales de la canasta familiar. Ese es el problema complejo y el gran reto que está planteando esta ola invernal.

En cuanto al tema en el área urbana de Valledupar ya son muchos los barrios con considerable afectación en los que se presenta el rebosamiento desmedido de alcantarillas, provocando circulación de aguas residuales en calles y avenidas, además del desbordamiento de acequias y afluentes que inundan viviendas a su paso y provocan caos en la movilidad.

Y como si nada de eso fuera suficiente, según el Ideam, continúa la temporada de huracanes y una nueva onda tropical circula por el océano con dirección hacia el mar Caribe colombiano, lo cual provocará intensas lluvias en la zona marítima del Caribe oriental y central durante los próximos días, las que también afectarán de manera importante a los departamentos de Cesar y La Guajira.
Como se puede ver, el panorama no es de tranquilidad y como tal debemos tomar todas las medidas de prevención y precaución, estar alerta a todos los síntomas es la mejor opción, tanto de la ciudadanía como de las autoridades competentes.

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