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En acciones risibles ningún país nos supera

Algo sobre

José Romero Churio

Definitivamente, Colombia es un país de gente muy pícara y, en consecuencia, la marrullería es su común denominador, por lo cual a menudo se cometen más acciones risibles que en otros países. Especialmente, sus dirigentes políticos, en lo concerniente a la disputa por el poder gubernamental, mediante el cual, quienes lo consiguen, procuran conservarlo más para beneficios particulares que para el bienestar común como lo establece la ley.

Antes del pasado 7 de agosto, fecha en la que el Presidente Santos completó sus primeros dos años de gobierno, después del estruendoso fracaso de la reforma a la justicia, las encuestas realizadas por varios medios, en poco o nada le favorecieron. Sin embargo, bajo las mismas circunstancias, en la encuesta de otros medios sale con mejor imagen, tanto, que sería relegido en caso de que fuera candidato.
Los resultados de tales sondeos, en ves de sorprender, más bien son risibles por su incoherencia. La única lógica es que sus datos son amañados a favor de las conveniencias de cada quien. Porque no sería razonable suponer sobre la coincidencia de los encuestados; es decir, que la mayoría de los primeros consultados fueran uribistas y los segundos santistas.
El día de la celebración de la batalla del Puente de Boyacá, donde se logró la independencia de España, la misma fecha de la conmemoración del día del Ejército Nacional, el Ministro de Defensa, en respuesta en una entrevista a los medios, declara que “el Ejército no se encuentra desmoralizado”. Ante tal declaración, cabe preguntar, ¿de cuál moral?, si algunos de los miembros del Ejército se encuentran encarcelados por los aterradores falsos positivos y otros siguen investigados por tan vergonzosa acción. Además de aquellos vinculados al narcotráfico, entre otros delitos que usualmente comenten.
En verdad, no deja de ser risible, que ante sus imperdonables acciones, el Ejército Nacional, sea el de mejor imagen en los sondeos de opinión. Indudablemente, a simple vista es un contentillo del mutuo elogio, que descaradamente fomenta la alta dirigencia, tanto la económica como la política.
Tal vez, lo más risible de la marrullería política, es la visita que le hará una comisión del Congreso al Vicepresidente, Angelino Garzón, para verificar su real estado de salud, con el propósito de determinar si está apto o no para desempeñar idóneamente la función presidencial, en caso de que faltare el titular; es decir, que el presidente Santos renuncie, o una enfermedad aguda que lo deje en peores condiciones que las de Angelino o muera por cualquier causa. Ya que la otra posibilidad es que la fuerza pública le de golpe de estado, y por esta improbable circunstancia, lo más seguro es que no lo pondrían de remplazo.
Esto genera mucha risa, porque la posibilidad de su renuncia es la más hipotética, si no declinó Samper cuando el proceso ocho mil, mucho menos desistirá JM Santos que, en realidad, es más transparente que Uribe, su principal opositor.
En cuanto, a la enfermedad, el presidente Santos se ve muy rozagante, y a lo sumo podría sufrir de apendicitis, colecistitis o cualquier inflamación orgánica.Lo demás es especulación, cuya verdadera intención es invalidar a Angelino, quien de sobra ha demostrado que sólo es títere de Dios.

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