Hay cifras que, al solo escucharlas, deberían remover nuestras emociones. En los últimos 6 años, 498 personas se han quitado la vida en el departamento del Cesar. Contrario a otros fenómenos sociales, los trastornos que afectan la salud mental se padecen en silencio y, lastimosamente, solo hacen ruido cuando hay un intento de suicidio o cuando la persona decide terminar con su vida.
Del total de suicidios registrados en los últimos 6 años, 68 eran menores de edad, desde niños de 10 años hasta preadolescentes y adolescentes de 12 a 18 años.
Roxana González, psicóloga clínica del Hospital Eduardo Arredondo Daza de Valledupar, explicó que lo esencial para atender a una persona con problemas de salud mental es abordar la situación con sensibilidad, urgencia y apoyo.
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“En primer momento debe brindarse empatía y escucha activa, es crucial escuchar sin juzgar. No minimizamos sus sentimientos, le damos validez a las emociones, eso ayuda a crear un ambiente donde se sientan más seguros y comprendidos”, agregó.
El suicidio es violento
En lo que va del 2024, seis adolescentes del departamento del Cesar tomaron la trágica decisión de quitarse la vida. En el 2023 la cifra ascendió a 15 adolescentes y niños. Para entender mejor el impacto de esta crisis, el año pasado, el suicidio y el homicidio, con 5 víctimas, fueron las dos principales causas de muerte de menores de 18 años en Valledupar.
Como capital del departamento y al tener el mayor porcentaje de la población, Valledupar es el municipio donde más se han registrado suicidios de menores de edad. En 7 años, 22 menores de edad se han suicidado, un hecho que golpea a toda la familia, y que según testigos, deja cicatrices imborrables.
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El término “suicidio infantil” designa el acto por el cual un niño provoca su propia muerte de manera voluntaria. En la mayoría de los casos, explican los profesionales, no significa simplemente un deseo de morir, sino el último recurso para escapar de un gran sufrimiento o de una situación para la cual el niño no encuentra salida.
Los intentos…
Más allá de la frialdad de los números, desde el 2018, en el departamento del Cesar se presentaron 3.505 intentos de suicidio.
A pesar de ser una cifra escandalosa, desde la Secretaría de Salud del Departamento reconocen que no es exacta porque algunas personas deciden no asistir a las clínicas tras el intento de suicidio. Lo único cierto es que hay miles de personas y familias enfrentando una crisis que, a veces, parece no tener retorno.
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“El suicidio es una señal de un sufrimiento profundo. Es importante que la persona reciba apoyo de un terapeuta, psicólogo o psiquiatra. Si ya está en tratamiento, toca asegurarse de que continúe con él. Es importante educar a nuestra familia sobre los problemas de salud mental, quizás esa situación derive a otra similar por lo cual es mejor que todos estén al tanto”, comentó la psicóloga clínica Roxana González.
¿Qué pasa con los niños y adolescentes?
Un informe de la Procuraduría General determinó que riesgos como la violencia intrafamiliar, el acoso escolar, el consumo de sustancias psicoactivas, ciberacoso, entre otros, juegan un factor importante frente a la ideación y conducta suicida en los menores de edad.
Y lastimosamente, el departamento del Cesar no es la excepción. Datos de la Secretaría de Salud Departamental señalan que los menores de edad son uno de los grupos etarios que más registran intentos de suicidio.
De los 3.505 casos datados en el Cesar, 1.382 lo protagonizaron niños, niñas y adolescentes de entre los 10 y 18 años. En otras palabras, 1 de cada 3 intentos de suicidio lo protagonizan menores de 18 años.
Si se mira con atención y se detalla por género, este preocupante fenómeno afecta con mayor fuerza a las niñas: el 78,5 % de las personas atendidas por intentos de suicidios pertenecen al género femenino.
¿Qué hacer?
En muchas ocasiones, una atención profesional y un acompañamiento familiar adecuado puede salvar una vida. Los datos de las autoridades de salud señalan que, en promedio, el 33,6 % de las personas que intentaron suicidarse en el 2024 ya lo habían hecho años atrás, algunos en más de tres ocasiones.
Roxana González recomendó hablar abiertamente y ser empáticos. Nada de tratar de evitar una conversación por miedo a la vulnerabilidad. “A veces preguntar directamente si están pensando en hacerse daño puede ser difícil, pero puede salvar vidas. En ocasiones hablar del tema abre la puerta a que expresen lo que sienten”.
Sin embargo, resaltó, lo más conveniente es buscar ayuda profesional de inmediato, en un hospital, con psicólogos o ya sea con psiquiatras, así como contactar a un medio de prevención de suicidio, línea vital 125, de manera urgente.
Por Estudiantes de VI Semestre de Comunicación Social Areandina Valledupar