El desempleo es uno de los indicadores, que convocan la preocupación de los gobiernos y de los ciudadanos. Resolver el problema, no tiene fórmulas mágicas, mas allá de la gestión empresarial, en la que deben valorarse variables como: incentivos tributarios, políticas de empleo y la promoción de la inversión del capital privado. Esta conclusión se acerca al reporte de “American cities of the future 2018/19”, elaborado por fDi Intelligence, donde evaluaron 428 ciudades en América Latina y examinaron los datos actuales sobre su potencial económico, capital humano, relación costo-retorno de las inversiones, conectividad, para definir qué tan favorable es el entorno para las empresas. Además de los cinco factores ponderados para la clasificación, fDi Intelligence recopiló información sobre una categoría cualitativa llamada Estrategia de IED.
La categoría cualitativa de estrategia de Inversión Extranjera Directa (IED), evalúa la estrategia de promoción y atracción de inversiones teniendo en cuenta elementos como: actividades e iniciativas desarrolladas para la atracción del inversionista, estrategia aftercare a la inversión, presupuesto destinado para las actividades, capacitación del personal involucrado, estrategia digital de promoción, incentivos a la inversión, cooperación con entidades locales, entre otros.
Otro de los aspectos a considerar está relacionado con los estudios realizados por la asociación de emprendedores de Colombia, (ASEC), el cual reveló con análisis cuantitativo los obstáculos que enfrentan los empresarios emergentes en el país. Se destacan la falta de educación en emprendimiento, altos impuestos y escasos recursos para iniciar un proyecto.
El desempleo y las fallas en los procesos de emprendimiento, constituyen dos problemáticas de la mayoría de las ciudades colombianas. Los gobiernos locales agobiados por los fríos resultados estadísticos que ubican a sus territorios en los primeros lugares del ranking, acuden a medidas improvisadas, sin advertir que la solución del problema no yace solo en la comparación de los resultados de periodos anteriores, sino en la programación de procesos que valoren en el mediano y largo plazo las variables descritas en los párrafos iniciales de este artículo.
Últimamente una de las medidas desesperadas apunta al descrestaste concepto de la economía de la cultura, las industrias culturales, las industrias creativas, las industrias del entretenimiento, la economía creativa, el emprendimiento cultural, o lo que el BID denomina la economía naranja. Aquí hay oportunidades y potencialidades, formuladas en el CONPES 3659 de 2010. Promover este proceso convida la gestación de sinergias, participación y compromiso de instituciones públicas y privadas, como el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, la Mesa Nacional de Emprendimiento, el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), Proexport, Bancóldex, Colciencias, las cámaras de comercio, las cajas de compensación, las universidades y otras partes interesadas. El nuevo Plan Nacional de Desarrollo, seguramente dará los lineamientos, planes programas y proyectos, que aterricen la variedad conceptual existente.
Por Luis Elquis Díaz