Vías inundadas e intransitables, cultivos arrastrados por los arroyos e incomunicación entre las veredas, es el saldo que ha dejado hasta el momento la segunda temporada invernal de 2014 en la zona rural del municipio de Chimichagua, Cesar.
Los problemas causados por las fuertes lluvias en esta población preocupan cada vez más a los habitantes de las zonas afectadas, puesto que desconocen de las labores que pretenden implementar los gobiernos, tanto local como departamental.
La inquietud de los ciudadanos de Chimichagua también va ligado al pronóstico del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia, Ideam, que indica que la época de lluvias podría extenderse hasta finales de diciembre.
“Casi todas las veredas están incomunicadas, no tenemos combustibles, acueducto y tampoco personas encargadas de la prevención y desastres, el otro día vinieron pero no hubo solución”, expresó Rosa García De la Rosa, habitante de la vereda Luna Dos.
La mujer afirmó que la vía Curumaní-El Tigre se encuentra en pésimas condiciones pese a estar aprobada para pavimentarse en los próximos meses, hecho al que los ciudadanos atribuyen descuido total.
La Institución Educativa Dos Brazos ha tenido que ser abandonada por la comunidad educativa. Al parecer, los menores se les dificulta cruzar las trochas y tampoco cuentan con agua potable en colegio como en sus viviendas, por tanto las vacaciones tuvieron que ser adelantadas hace más de tres semanas.
La comunidad también cuestiona a los organismos de socorro. “Hablamos con la Defensa Civil y hasta el momento no han hecho un censo. La Cruz Roja no nos ha auxiliado”, dijo García De la Rosa.
Prisciliano Chávez Rodríguez, habitante de la vereda Luna Una, aseguró “donde tengo el rancho, el terreno está mal. Por el patio de la casa se pasa una zanja de nueve metros y medio. Estamos sufriendo, hay 15 familias de la vereda afectada, estamos rodeados de agua, por la parte de la quebrada es un infierno”.
En la vereda Santa Lucía, la situación no es distinta, allí, según José Albenis Jaime, presidente de la Junta de Acción Comunal, es tanta la problemática en las vías que algunos vehículos se han visto en riesgo de volcamiento.
“Estamos abandonados por parte del Estado, no quieren invertir en nuestros pueblos en donde cada vez que está el invierno se crean arroyos fuertes y quedamos inundados. La vez pasada una tempestad grande acabó con la carretera, allá no llega ningún tipo de organismo, el único que sube es la fuerza militar”, expresó Jaime, quien lidera 17 familias de la zona.
Jorge Suárez, líder comunal de la vereda El Horno, donde habitan 12 familias que en años anteriores fueron desplazados por grupos al margen de la ley, indicó que el Gobierno los abandonó porque la zona donde viven, pertenece a la Serranía de Perijá y es de reserva forestal.
“Hay algunas personas que les quemaron las casitas y a otras les ha tocado irse para las ciudades, engrosando las filas de los desempleados y mientras tanto nosotros vivimos en un pueblo donde las vías son no transitables por su deterioro”, mencionó.
En cuanto a la vereda Caña Aventura, Balserio Payares López, líder comunal, dijo “nosotros tenemos muchas necesidades y queremos que por parte del Ministerio, Gobernación y alcalde nos coloquen un puente colgante porque los niños lo necesitan y nosotros también, que hemos tenido gran pérdida de las cosechas”.
Por su parte, Rubén Torres, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda El Tigre, manifestó “se nos dañó todo. El café, el maíz”. En esta población habitan alrededor de 22 familias, que según Torres, también están incomunicados con las demás veredas y municipios.
En la vereda Caño Aventura se han solicitado, desde hace cinco años, el puente que les permita mitigar el impacto de la temporada invernal pero nada se ha hecho hasta el momento, según Libardo Velázquez, quien dijo “la situación es tan lamentable que nos da ganas de llorar”.
Velázquez también afirmó que la comunidad conoció del arreglo de la vía con una inversión de 800 millones de pesos para la remodelación y ampliación de la arteria, razones contempladas en un contrato que nunca les fue dejado ver a los líderes comunales.
Sin embargo, la única esperanza que tiene la población de la zona rural del municipio de Chimichagua es que aquel proyecto planteado en el gobierno de Cristian Moreno y aprobado en el de Luis Monsalvo Gnecco, para la implementación de la placa huella en el mes de octubre se haga realidad.
Por Merlin Duarte García/El Pilón
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