Por Jose Manuel Aponte
Se calentó la actividad política y comienza a hervir el sancocho polifásico con candidatos para todos los gustos y para ayudar a uno de ellos hay que definirse temprano.
Anuncio que para la Cámara voy a votar por El Chichí Quintero, para Senado todavía no he decidido, aunque tengo mis inclinaciones. La decisión la tomé desde cuando surgió su aspiración, alimentada por una amistad de toda la vida, pero además, porque veo en él a un hombre con deseos de servirle al Departamento y a su Capital, un hombre sin manchas en su vida pública, cosa rara en esta época. ¿Qué tiene defectos? ¡Embúa! ¿Quién no los tiene?. Pero es honrado, lo repito, transparente y esas son las banderas que enarbola con orgullo.
Hablando con muchos amigos sobre política que es el menú del día, me han manifestado con extrañeza la actitud displicente y hasta un poco soberbia de un familiar de un candidato al Senado, que ni él ni su familia se han acercado a pedirle el votico como siempre lo han hecho, con mucha confianza y humildad, dando la sensación de que se siente ya elegido, que está sobrado, cuando la experiencia enseña que eso sólo se sabe después de los escrutinios y ¡Casos se han visto!; yo en mi larga vida he visto llorar derrotas de menos de 10 votos y también se ha perdido una elección por 1 votico; un aspirante a la Cámara muy amigo en reiteradas oportunidades me ha dicho “que el que tiene sed busca el agua” y que le gustaría (aún hay tiempo) acompañarlo, siempre y cuando lo busquen para tal fin, pero que él no se va a ofrecer.
Señor Alcalde o señor Secretario de Obras Públicas ¿Qué ha pasado con el famoso Parque de Los Cortijos?, pregunta hoy el editorialista de este periódico y agregó yo, que ha pasado qué por obra y gracia de no sé quien se paralizaron las obras proyectadas, porque hasta hoy solo se ha instalado un mini gimnasio al aire libre y se eliminaron una gran cantidad de árboles viejos y enfermos, cuando se sabe que los dineros destinados por la Gobernación están disponibles hace bastante rato y ya hay inconformidad de la ciudadanía, que con razón por lo que se ve todos días, comienzas a decir “ya se robaron la plata y ahora quedamos peor, porque antes esto siquiera estaba enmallado”.
Yo se que no es verdad, pero como se hace para evitar que la gente lo piense, cuando ese es el pan de cada día.
Lo mismo sucede con el chicotico de carretera que falta por pavimentar para llegar a Guacoche, que ahí está ante la indiferencia de los gobiernos municipal o departamental y que ahora me preocupa más porque a raíz de la apertura del restaurante YUYE, voy a ir a comer el inigualable guiso de punta gorda acompañado de un arroz blanco único y plátano serrano asado, al igual que el sin par sancocho, ya sea de gallina criolla, espinazo de cerdo o costilla de res, condimentado como solo lo saben hacer las guacocheras.
Observo que ya se pavimentaron algunas calles y carreras alrededor del Mercado Público pero faltan la pequeña plazoleta del Pabellón del Pescado y la carrera 15 entre calles 19B y 20, en donde todos los propietarios de esos muebles urbanos son personas adineradas y fácilmente están dispuestas a colaborar con la administración para la pavimentación de este tramo.
Buena esa, por el nombramiento de Poncho López, no Michelsen ni Araujo, sino Vásquez, el hijo de mi inolvidable amigo, hermano y paisano Rafael López Bernuí, como titular de la Secretaría de Gobierno. Me alegra y me llena de orgullo; éxitos Poncho y a poner orden en la casa, que de eso sabes tú. Felicitaciones Alcalde, siga buscando gente con experiencia, como Poncho y verá que los resultados serán mejores. 48