Con innumerables razones nuestro periódico El Pilón está promoviendo la cultura del agua, de la misma manera nosotros no cesaremos de repetir lo que hemos dicho en otras oportunidades que el agua constituye el elemento de uso cada vez más importante en nuestras faenas diarias, así se diga que no dejamos está cantaleta a un lado, ya que somos conscientes de la importancia imprescindible para la vida de este elemento, que siendo así, entre otras, no está exento de microbios productores de enfermedades, de minerales impropios para la salud, suministrados al agua por los seres humanos a sus cauces.
De toda la contaminación y destrucción de que hemos venido tratando en esta columna desde hace mucho tiempo, digamos que de todo nuestro recurso natural, el agua es el más precioso sin desconocer la importancia del aire, la vegetación y la fauna. Sabemos que la mayor parte de la superficie terrestre está cubierta por agua, pero no toda es apropiada para el consumo humano ni tampoco puede emplearse para la agricultura y la industria (agua de mar). Del agua dulce que tenemos disponible sobre la Tierra y la subterránea, no siempre bien distribuida, y la contaminación a que la hemos sometido, nos está trayendo inmensurables consecuencias a los habitantes del mundo por restricciones críticas.
Ya es hora de que la raza humana tome conciencia de esta situación, parece que el hombre ha olvidado sus orígenes y está ciego y sordo respecto a sus necesidades más esenciales para la supervivencia, como es el agua, al igual que otro recurso convirtiéndose en victimas de su indiferencia. El problema de la contaminación del agua, para hondar un poco, por sustancias como plaguicidas, puede comprenderse solo en su contexto como parte del todo a que pertenece la contaminación del ambiente total de la humanidad. La polución que se introduce en nuestras aguas, proviene de mucho orígenes, tales como residuos radioactivos procedente de reactores; laboratorios y hospitales; lluvia radiactiva causada por las explotaciones nucleares; desechos domésticos de ciudades y pueblos como sucede con el río Cesar, residuos químicos de las fábricas, entre otros.
No se nos puede escapar decir que desde que los químicos empezaron a fabricar sustancias que la naturaleza no había inventado nunca, los problemas de la depuración del agua se han hecho complejos y el peligro para los usuarios del agua que somos todos en la Tierra, ha aumentado, tanto para las aguas superficiales como subterráneas. Conocemos que estas sustancia químicas sintéticas a gran escala empezaron en la década de 1940, ahora ha alcanzado tales proporciones que diariamente se vierten en los cursos de agua del país un impresionante diluvio de contaminación química. A las fuentes de agua llegan increíbles contaminantes que hay veces le llamamos mugre.
NOTA: Al percatarnos de la significativa idea y buen ejemplo dado por el médico cirujano vallenato, doctor Jhony Flórez, en la construcción de su edificio denominado centro de especialidades médicas del Cesar S.A.S, ubicado en el barrio Alfonso López, carrera 16 # 13B Bis – 07, en donde se puede apreciar en su fachada ecológica artificial que armoniza con el medio ambiente, consideramos debe ser imitada para que Valledupar obstente verdaderamente la condición de ciudad sostenible como se está publicitando últimamente.
Por Hernán Maestre Martínez