El 14 de marzo del 2010 constituye un día histórico para la Región Caribe. Es histórico, por una razón, la ciudadanía caribe en forma masiva, sin importar credo religioso o militancia política, lengua o raza, preferencia sexual o cultural; es decir, en la diversidad propia del pluralismo de una sociedad abierta, salió en forma directa a depositar 2,5 millones de votos en favor de la libertad política de la ciudadanía de la región Caribe. Es decir, la ciudadanía caribe dijo con el 99% de sus votos que exige libertad política para el gobierno de los asuntos propios de la región Caribe.
Es histórico el 14 de marzo del 2010, es la primera vez en la historia política nacional que parte de la ciudadanía colombiana se pronuncia reclamando el derecho humano de libertad política para administrar y gobernar los asuntos que les son propios por su naturaleza, sin la interferencia de poderes lejanos y extraños. En otras palabras, el derecho a una autonomía de las entidades descentralizadas territoriales. Fue un rechazo al modelo de organización del poder político en el territorio, una petición a que se supere el modelo centralista.
El voto caribe fue el reclamo político en contra del modelo centralista que impuso la carta política de 1886 y que se ha ratificado, incluso, por la carta política de 1991 y las distintas reformas constitucionales de los siglos XX y XXI, modelo impuesto a espaldas y en contra de la ciudadanía y de los intereses de todas las regiones periféricas.
Han pasado los años, trece largos años, y el reclamo de autonomía de la ciudadanía de los entes territoriales no ha sido respetado por parte del centralismo imperante. El desprecio a los reclamos de la ciudadanía de las entidades descentralizadas territoriales no ha cesado; y por el contrario, el poder central acumula y acumula más poderes. Se hacen reformas constitucionales para reintegrar a la sociedad parte del movimiento armado, reformas que apoyan, pero que no son más justas que el reclamo de libertad política de las regiones.
Libertad política es lo que expresa el voto caribe. El voto caribe es una manifestación de la conciencia libre de una sociedad política que se siente tratada como una menor de edad. Nadie es libre si carece del poder de autogobierno de la cosa pública con reglas de derecho propias y si no se dispone de parlamentos propios para expedir para el autogobierno de sus particulares asuntos sin la interferencia ni el dominio de otro y de otros desde otros centros de poder, como ocurre hoy.
La mayoría de edad, es la libertad. La libertad, que como expresara Cervantes Saavedra en El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha al decir: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”. La libertad, la política, es decir, la autonomía debe conquistarse.
Han pasado trece años del voto caribe, la autonomía como libertad política no ha sido reconocida por el ordenamiento estatal. Pero la bandera de libertad política como autonomía enarbolada en el voto caribe está viva invitando ser levantada por la ciudadanía.
En el próximo debate electoral, la autonomía de los entes territoriales debe ser una de las consignas de los candidatos de las regiones periféricas, en especial, de los candidatos para gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles. Una gran cruzada por la autonomía y en contra del centralismo político.
Por Eduardo Verano De La Rosa