La mujer se encontraba de pie y el hombre arrodillado, con el rostro golpeado, en una clara situación de angustia y terror. Los militares frente a ellos de manera violenta solicitaron las cédulas, sin embargo, solo Juan Carlos Galvis Solano pudo presentarla, mientras que la mujer no tuvo como corroborar que su nombre era Tania Solano Tristancho.
Los soldados del pelotón ‘Trueno’, adscritos al Batallón de Artillería Nº2 La Popa, al término de analizar el único documento entregado, movieron a los dos ciudadanos a unos cuantos pasos por el camino de herradura que conduce al corregimiento de Media Luna, perteneciente al municipio de San Diego, y en la vereda Sol Caliente, sector de Los Encantos, les dieron muerte.
Las ejecuciones extrajudiciales las ordenó el entonces teniente Carlos Andrés Lora Cabrales a los integrantes del pelotón que realizaban la operación ‘Arrasador’ de manera conjunta con el Gaula Cesar, al mando de Wilson Parra Ortega. Junto a ellos estaba un guía cuya función consistía en ayudar a la tropa a conseguir bajas para los resultados operacionales.
“Sobre el guía, pues tengo entendido que lo (…) asignó el Batallón La Popa. Ellos como tal, como la operación era de ellos y ellos la organizaron, ellos consiguieron el guía. No creo (…) que era desmovilizado, pero sí creo que era una persona que había trabajado dándoles información (…) que supuestamente conocía movimientos de campamentos, movimientos de guerrillas en los sectores a donde íbamos a ir y tengo entendido también que sí creo que era un campesino de la región que conocía muy bien el sector porque efectivamente sí lo conocía muy bien porque él los guiaba por los caminos las trochas de noche y sin ningún problema”, reza la versión voluntaria del mayor (r) Mario Wilson Parra Ortega, entregada el 30 de octubre de 2018.
Sin embargo, el guía ni el Ejército dieron de bajas a integrantes de tropas enemigas, sino que aprovecharon la vulnerabilidad de los ciudadanos que se desplazaban en una motocicleta al momento de retenerlos en horas de la mañana del 17 de agosto de 2003.
Tania Solano Tristancho se dirigía con Juan Carlos Galvis Solano a Media Luna para buscar unas herramientas que había dejado su compañero sentimental, asesinado un mes atrás en esa población donde tenía un taller de motos, pero en el camino se tropezaron con el retén del Ejército y encontraron la muerte.
Sus cuerpos fueron trasladados desde Media Luna por vía terrestre y luego recogidos por un helicóptero a cargo de un oficial del Ejército para ser llevados a Medicina Legal de Valledupar. Los ingresaron con los cadáveres de dos personas más como personas no identificadas que murieron en medio de un combate con el Ejército en San Diego.
El teniente coronel Hernán Mejía, comandante del Batallón La Popa, indicó a la prensa que los cuatro muertos eran integrantes de las (antiguas) FARC, según lo registrado en una noticia por EL PILÓN. El Ejército también indicó que en el operativo incautaron un fusil AK 47, dos pistolas 9 milímetros, una lanza granada 40 milímetros M79, una lanza cohetes y 22 artefactos explosivos, entre otros.
El resultado operacional precisamente surgió en el marco de una visita que realizó el presidente Álvaro Uribe Vélez al departamento del Cesar, registrada también por este medio de comunicación.
LA FAMILIA
Durante ese tiempo la familia de Tania Solano Tristancho estaba preocupada por su desaparición, por lo que decidieron acercarse a Medicina Legal luego de enterarse por las noticias que cuatro cuerpos ingresaron al lugar proveniente de Media Luna.
Al reconocerla, los parientes informaron que Tania Solano Tristancho no era guerrillera sino una estudiante de mercadeo y madre de dos niñas de 5 y 6 años de edad en Valledupar. Años después Olga Tristancho aseguró que los militares mataron a su hija a quemarropa con dos disparos. Agregó que su hija pretendía recoger las herramientas de su pareja, comprar un chivo y regresar a su casa para días después festejar su grado.
“En todos los casos las víctimas se encontraban en estado indefensión. La Sala reconoce el impacto que el dolor y la zozobra de estos hechos tuvieron sobre las comunidades y las familias de las víctimas. Finalmente, las mujeres sobrevivientes de estos hechos, madres, hermanas, parejas, tuvieron que transformar sus roles en el hogar para poder suplir las labores de cuidado y provisión de las cuales sus familiares se hacían cargo”, consideró la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP.
LOS IMPLICADOS
El 6 de septiembre de 2013 el Juzgado Cuarto del Circuito de Valledupar condenó a 40 años de prisión al teniente(r) Carlos Andrés Lora Cabrales por el delito de homicidio en persona protegida en concurso homogéneo y sucesivo.
Lora Cabrales presentó recurso extraordinario de casación contra esta providencia y el 30 de marzo de 2016, la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema la confirmó. Sin embargo, el teniente (r) Carlos Andrés Lora fue uno de los que se acogió a la JEP.
En el mes de octubre de 2011 el Juzgado Tercero Penal del Circuito de Valledupar condenó a 24 años y 5 meses de prisión al mayor (r) Mario Wilson Parra Ortega por los delitos de homicidio en persona protegida y falsedad ideológica en documento público.
El hecho también fue reconocido en versiones voluntarias por los militares Yeris Andrés Gómez, Luis Hernán Salgado, Abel Domingo Salcedo y Augusto César Jiménez, según la JEP.
Marllelys Salinas / EL PILÓN