X

El vecino nuclear

Por Gustavo Cotes Medina

Colombia es un país maravilloso y privilegiado, es la “Casa de la Esquina” con una posición geográfica estratégica en el hemisferio americano, con amplias costas sobre los océanos Atlántico y Pacífico que lo convierten en la puerta de entrada a América del Sur, con puertos hacia al resto de América, Europa y los países de la cuenca del pacífico.
Colombia ha definido una frontera terrestre muy activa con Venezuela que tiene una extensa longitud de 2.219 kilómetros, pero en la frontera marítima existe, desde hace varios años, una diferencia conceptual sin definir en relación con la plataforma continental en el Golfo de Venezuela.
Tenemos una fuerte relación comercial y ancestral con el vecino y todo lo que ocurre en el hermano país nos afecta ya sea por seguridad nacional, o por aspectos políticos y económicos. Igualmente, lo que ocurre en Colombia afecta a Venezuela: nacimos en el mismo parto.
El gobierno de Venezuela comprará las baterías con misiles S-300 que Rusia se negó a suministrar a Irán por las sanciones que le impuso  el Consejo de Seguridad de la ONU. Pensar que Venezuela y Rusia puedan facilitar una operación triangular para favorecer a Irán, es un rumor que parece descabellado. Es peligroso jugar con fuego.
Además, el Kremlin congeló el suministro de armamento pesado a Irán por razones políticas y por la nueva etapa de relaciones con Estados Unidos. Los S-300 son mucho más potentes que los sistemas antiaéreos Tor M-1 que tanto Venezuela como Irán compraron a Rusia hace varios años.
Venezuela está extendiendo su cooperación bilateral con Rusia que tiene previsto suministrarle una nueva partida de 35 tanques T-72 o T-90. Los dos países crearán una empresa mixta que se encargará del transporte marino del petróleo y tendrán cooperación en la extracción de gas natural desde grandes profundidades, especialmente en el lago de Maracaibo.
Además, Rusia realizará importantes inversiones en agricultura y nuevamente anunciaron la construcción de una central nuclear en Venezuela con una potencia estimada en 500 megavatios. La iniciativa no tiene costo oficial, fecha, ni ubicación definida. En América Latina, Argentina, México y Brasil,  tienen reactores nucleares.
El proyecto nuclear de Venezuela tiene posibilidades técnicas de ejecución. Lo que no podría existir al día de hoy, es la disponibilidad financiera. Las circunstancias anotadas parecen indicar que el plan nuclear tiene un “trasfondo mucho más político que científico”
El presidente Obama señaló que “Venezuela tiene derechos a la hora de desarrollar pacíficamente el poder nuclear, pero también tiene obligaciones de no convertirlo en armas”. Chávez al despejar dudas  afirmó que “el reactor nuclear no tendrá uso militar”, y a la gente hay que creerle.
La novena visita estratégica que acaba de realizar Venezuela a Irán es para consolidar lo que llaman “el eje anti imperialista”. Colombia  no es juez de estas actuaciones y ha dicho que no le preocupan las incursiones nucleares de Venezuela, ni el blindaje con misiles antiaéreos de sus puentes, refinerías y centrales hidroeléctricas. ¡Es su decisión y su responsabilidad!
¡La reciente medida de no permitir la presencia y actuaciones de soldados estadounidenses en las bases militares colombianas, disminuyó la tensión política en la Región, pero con el tiempo y marcada ironía, la posición estratégica que tiene Colombia en el hemisferio americano puede pasar de ser una importante fortaleza, a una desafortunada debilidad! Esperamos estar equivocados.
Hoy, las relaciones entre Venezuela y Colombia están en el marco del respeto mutuo con diálogos francos y directos, pero no deja de inquietar la carrera armamentista que ha emprendido el vecino nuclear.
En los próximos encuentros Chávez-Santos, Colombia debe combinar el manejo inteligente y sensato, con la diplomacia discreta y tolerante utilizando siempre guantes de seda y  urnas de cristal.

Categories: Columnista
Gustavo_Cotez_Medina: