En un ambiente donde principalmente se hablaba de negocios y ofertas, el vallenato se robó toda la atención. Representando al Cesar en la feria Anato, la más importante del país en turismo, emprendedores y empresarios locales ya consolidados encontraron la mejor forma de exponer lo mejor del departamento aprovechándose del folclor raizal.
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Acompañada de la caja, la guacharaca y el acordeón en sus brazos, la reina del Encuentro Vallenato Femenino, Nataly Patiño, empezó la fiesta dentro del recinto de Corferias. Al escuchar unos acordes y versos defendiendo la posición de la mujer en el vallenato, concurrentes fueron rodeando lentamente el stand del departamento del Cesar. Entre todos los que se acercaron, unos grabando mientras bailaban, otros tomando fotografías, y curiosos que se acercaron al escuchar el acordeón, la guacharaca y la caja, el resto de actividades fueron opacadas por la voz de la reina en uno de los edificios de Corferias.
Pero como la razón principal de la feria más importante del país es servir de vitrina turística para los negocios, en el público también estaban empresarios interesados en conocer sobre la región y su cultura.
Mientras entonaban canciones de Diomedes Díaz y de Alejo Durán, en una improvisada mesa de negocios, autoridades departamentales, entre esos el gobernador Francisco Ovalle, dialogaron con empresarios sobre las ventajas de invertir y visitar el Cesar.
“La mejor ventana que tenemos para mostrarnos a todos los que están acá es nuestra música, el vallenato, la alegría, pero no solo eso. Tenemos una ciudad como Valledupar, municipios como Manaure, Río de Oro y sus fiestas; y todo el departamento con sus riquezas naturales como la ciénaga de Zapatosa o el río Guatapurí”, aseguró Liana Castro, asesora de Turismo de la Gobernación.
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Así llegó el mediodía en Corferias entre negocios pero robándose todos los focos el vallenato. “Estamos mostrando las ofertas de nuestro departamento. Acá están los representantes de los lugares más hermosos de nuestra región, y aprovechamos este incentivo para empezar a proyectar la actualización del Plan Sectorial de Turismo”, agregó el gobernador del Cesar, Francisco Ovalle, quien hizo presencia en el stand durante unas horas, hablando con empresarios.
LA EXPERIENCIA GUACAÓ
A un de año salir al mercado, pero por sus singulares características, el restaurante Guacaó es uno de los referentes del turismo en Valledupar para atraer visitantes del resto del país.
Su nombre es el de un ave mítica, un homenaje a Rafael Escalona pues así le llamaban sus familiares, el más grande compositor del folclor de la región Caribe. Mario Llanos es el administrador del restaurante y parte de la herencia Escalona. “El nombre Guacaó viene porque era el sobrenombre que le teníamos al maestro Escalona los familiares y sus amigos más cercanos”, explicó Llanos, quien es sobrino-nieto del compositor. El Guacaó es un pájaro mítico de la comunidad kankuama que canta muy poco y que es difícil de encontrar. Por el parecido de la personalidad del maestro Rafael Escalona, sus familiares adoptaron el sobrenombre.
Pero no está solo en el proyecto de mantener la herencia Escalona. Junto a él dirigen el proyecto Santander Durán escalona, cuatro veces rey de la canción inédita y una vez rey de reyes del Festival Vallenato; Estela Durán Escalona, la primera mujer que se subió a cantar en la tarima ‘Francisco el hombre’ del Festival vallenato, y Amia Escalona, sobrina-nieta del maestro.
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Ellos son los encargados de convertir una cena en Guacaó en una experiencia “mágica”, como la define Llanos. En plena esquina del centro histórico de Valledupar, Guacaó ofrece conciertos en vivo de música vallenata tradicional y de guitarra, mientras sus visitantes se trasladan a épocas antiguas desde la entrada gracias al estilo colonial de la casa; unas ventanas y rejas clásicas en el viejo Valledupar; pisos viejos y un frondoso árbol de mango en la mitad. Eso es lo que Mario Llanos define como la “experiencia Guacaó”.
“Tenemos danzas típicas, momentos de cuentería de los que se reúnen en el restaurante, siempre acompañados de actuaciones en vivo, con música vallenata tradicional y vallenato guitarra” agregó Llanos.
Pero Guacaó quiere ser más que un restaurante. La proyección es ser gestores culturales, y el primer paso lo dieron con las tertulias para conversar sobre folclor que hacen mensualmente.
Según su administrador, su proyección es hacer eventos mensuales y anuales a través de la fundación Francisco el hombre y una serie de actividades que llamaron “La misión vallenata”, que consiste en muestras de danza, vallenato tradicional y una obra con la leyenda de Francisco El Hombre.
A un año de su surgimiento, el restaurante quiere convertirse en el referente turístico de la preservación de la herencia Escalona y el folclor que germinó en las obras del compositor.
DEIVIS CARO DAZA / EL PILÓN