Colombia es una Nación sufrida, tanto por los flagelos internos que hemos padecido, como por la indiferencia y crueldad con la que nos estigmatizaron desde afuera. Durante muchos años (aunque todavía quedan rezagos) se nos tildó de violentos, narcotraficantes, guerrilleros y delincuentes, y aunque nos ofendía nuestra triste realidad, en lugar de cambiarla,terminábamos por somatizarla, comportándonos como muchos esperaban que así pasara, para señalarnos con su dedo inquisidor y eurocéntrico,como un país con una realidad desastrosa que había que mantenerla lejos de Europa y norte América.
Durante años creímos tanto el discurso que otros habían estructurado sobre nuestro país, que mirábamos con resignación el sentir como se nos cerraban las puertas en el exterior, pero peor como nos cerrábamos desde adentro a la posibilidad de la paz y la vida. En este recorrido, muchos cayeron injustamente producto de la falta de tolerancia hacia la vida y la diferencia; Jaime Garzón, Luis Carlos Galán, Álvaro Gómez Hurtado, Carlos Pizarro y Andrés Escobar entre otros colombianos.
Mientras tanto nuestros ciclistas cosechaban algún triunfo y los colombianos celebrábamos con muertos y héridos en las calles; algún boxeador ganaba un título mundial y festejabamos también matándonos por pura emoción. En 1994 creímos que ganaríamos el mundial de Estados Unidos; muchos colombianos festejaban con tanta emoción y espíritu triunfalista, hasta cuando Andrés Escobar, infortunadamente anotó un fatal autogol que le costaría la vida unas semanas más tarde en manos de unos fanáticos inconformes.
Hoy seguimos hablando de paz, de desarrollo y se nos mira de otra manera, hasta el punto que de ser apartados y tratados como sospechosos delincuentes en muchos aeropuertos del mundo, europa desde su arrogancia continental reconoce nuestro avance y propone eliminar la visa para entrar a los paises del tratado Schengen, lo mismo hace Estados Unidos. Ya Venezuela, nuestro hermano país y México eliminaron el visado a los colombianos.
Colombia comienza a hacerse notar positivamente el mundo; eso nos abre puertas que benefician tanto la economía como a los ciudadanos que se movilizan. Hemos mostrado nuestra capacidad de cambio al mundo y nos están creyendo, pero contrariamente, otros muchos en el mismo país, no creen en la posibilidad de mejorar y aunque nos emocionemos con los triunfos de los deportistas y de la selección Colombia concretamente, esos que no creen en el cambio y en las posibilidades de avanzar son los que hacen caso omiso de la ley, violándola y en cada partido de fútbol ganado, sus emociones terminan por matar a otros colombianos o por herirlos en accidentes de tránsito por salir en caravanas prohibidas por la ley.
Un argentino de apellido Pekerman, enseñó a un grupo de jóvenes fultbolistas talentosos a pelear contra sus propios egos,para ubicarlos en el terreno de la lucha colectiva y solidaria, esa que otorga la victoria a la disciplina de equipo, esa misma que deberíamos entender cuando se nos pide ser solidarios con un orden necesario para vivir por encima de las peligrosas emociones mediáticas.