Valledupar en el Doing Business:
Por: Luis Mendoza S.
Si un empresario cualquiera, del país o el mundo, quisiera abrir un negocio en alguna de las capitales de Colombia, Valledupar tendría muy poca opción de ser su preferida. Nuestra ciudad no es y no será, por algún tiempo, si no la cambiamos, un territorio apto para invertir. Más allá, muchos de los escasos empresarios con los que, afortunadamente, contamos en la ciudad quisieran emigrar para buscar mejores oportunidades.
Si ese es el panorama, qué incidencia tiene para nuestra ciudad de los Santos Reyes, el Doing Business 2010, que nos da un quinto lugar, cacareado en editoriales, columnas de opinión, programas de radio y expresiones de júbilo por parte de líderes gremiales. Ninguna, señores, ninguna. Al contrario, es una contradicción que contando con esas facilidades, nuestras empresas sean cada día menos y el músculo empresarial más débil, y de paso, no trasciendan la simple actividad comercial o de servicios.
Para entrar en perspectiva señalo que el Doing Business Colombia 2010, mide cómo las regulaciones afectan seis etapas de la vida de una empresa: apertura, obtención de permisos de construcción, registro de propiedades, pago de impuestos, comercio transfronterizo y cumplimiento de contratos. En este último ítem, Valledupar es reina, y Bogotá y Cartagena las dos peores. Quisiera yo que Valledupar fuera peor en este componente, por tal que tuviera las rabizas del músculo empresarial bogotano.
Entender las razones por las que Valledupar, cuando se miden los factores de competitividad, cae a últimos y penúltimos lugares, contrario a lo que ocurre con el Doing Business, es muy sencillo. Los factores más importantes que determinan la competitividad de un territorio, son: Recurso humano (Nivel y desarrollo del capital humano- mano de obra), Infraestructura (Servicios públicos básicos – vías – logística), Ciencia y Tecnología (Investigación-capacidad tecnológica a disposición del desarrollo empresarial), Finanzas (Sistema financiero y mercado de capitales), Gestión empresarial (Entorno empresarial-presencia de empresas, industrias, especialmente), Medio ambiente (Referente al uso adecuado los recursos naturales como el agua); Fortaleza Económica (variables macroeconómicas-crecimiento y bienestar de la población), Internacionalización de la Economía (Estrategias y relaciones comerciales con mercados del exterior; Gobierno e Instituciones (Desempeño de la administración pública local).
Contrastemos, entonces, el honroso lugar que nos da el Doing Business, a partir de los tiempos y costos que representan los trámites para la vida de una empresa, con los factores que afectan la competitividad de un territorio. De ipso facto, caemos estruendosamente.
Haga usted el ejercicio de pensar en la Ciudad de los Santos Reyes, mirándola a través de los factores de la competitividad, e ingrese a su análisis los siguientes ingredientes que no están mencionados arriba, pero que a la hora de definir la calidad competitividad de un territorio, son determinantes: seguridad, movilidad, transparencia, credibilidad y confianza en las instituciones.
Quien haga este sencillo ejercicio concluye que estamos rajados y que corremos el riesgo de no superar el rezago si los responsables: gobiernos, empresarios, academia y sociedad civil, aunque en menor proporción, no cambian su actitud y su proceder. Pensemos y actuemos con visión de futuro y aplicando estrategias y acciones que permitan superar el rezago en los factores de competitividad.
El Doing Business es un éxito para los tontos. Los resultados reflejan una tendencia clara a que las ciudades intermedias aparezcan en los primeros lugares de la tabla. Muy sencillo colegir, entonces, que son localidades de baja demanda de este tipo de trámites y, por tanto, de menos congestión. Grandiosos resultado, Valledupar está en el quinto lugar de Doing Business 2010, porque no hay nadie o muy pocos que tramiten creación de empresas. ¿Será eso un honor o una vergüenza?
SABLAZO
Es más que irresponsable que los municipios del Cesar, contadas excepciones, no cuenten con cuerpos de bomberos voluntarios o que en donde exista, caso Valledupar, a veces, ni siquiera cuenten con el combustible para las máquinas. Falta ahora que en desesperado aturdimiento por algún incendio en ciudades como La Paz, alguien en vez de echarle agua a la llamas lo sofoque con un bidón de gasolina.
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