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El trigo y la cizaña

Hay gente que no hace daño de frente, pero envenenan a otros para que lo hagan, por ello es bueno alejarse de ciertas personas por siempre, antes que el sembrado crezca.

El término de cizaña se refiere a la acción de malmeter un chisme para provocar algún malentendido con la intención de crear disputas, rencillas y enemistades. Dice la biblia que el enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.

Para una mejor explicación suele hacerse una comparación de la manera espontánea a cómo una planta o hierba mala que crece al lado de otras como el trigo que da frutos buenos, se desarrolla aquella con semillas que envenenan, que deben ser quemadas para evitar su propagación impresionante como la “rosita blanca” que afecta y reduce la producción en los campos ganaderos, y como los falsos líderes al lado de los políticos que llevan en la sangre la sensibilidad social, los deseos de servicios y el amor por su mundo, que deben ser sacados de los campos electorales para que el mal predomine, y la mejor arma es creando la cizaña. 

El político que anda pendiente no más que de votos para establecer su reinado y que no utiliza la zaranda de selección por miedo a no lograr su objetivo, se le cuela la cizaña y crece a su lado erguida y orgullosa del daño que manifiesta, por ello el trabajo de eliminarla es inminente e imprescindible tema, que en esta contienda electoral que acaba de pasar dio sus frutos en los triunfadores, pues no permitieron en sus campos de sembrados, las hierbas malas, propagadoras a través de su incompetencia moral solo de  las ideas para pescar votos de envidias y deseos de poder.

Estos triunfadores no se durmieron, evitando así que los malversadores de lo bueno vinieran a sembrar cizaña, esa semilla negra que envenena a los pueblos, en el mismo lugar donde la buena semilla ha sido sembrada.

Denigrar de los demás y traer a colación los supuestos pecados en los predicadores y practicadores de la bondad, solo sirve como arma para la propia destrucción total de aquel quién la esgrime aprovechando los momentos de caos dentro de las escalas del fervor político para inyectar su veneno.

La cizaña en cualquier contienda solo sale del enemigo y no del verdadero oponente y no es fácil eliminarla, pues se corre el riesgo de maltratar a otros si no se tiene la prudencia permanente para producir una respuesta, y es por ello que, en el campo político, las verdaderas réplicas, además loables, son las que se producen con programas serios que al final originan el triunfo como ha sucedido con los vencedores de siempre.

Los inicuos siempre serán quemados antes del regreso a su próximo sembrado. La cizaña crece sin haber sido plantada para confundirla con el cereal de la vida. En otras palabras, los frutos de la cizaña son los de la carne (Gálatas 5:19-21).

El Salvador utilizó una parábola de un campo de trigo y cizaña (hierba venenosa) para enseñar que los justos serán recogidos y los inicuos serán quemados antes de su regreso.

Aléjate, entonces, de aquellos que tratan de dañar tu reputación pues manejan la doble moral a la perfección como la cizaña que crece al lado del trigo. 

La expresión hace referencia a la ‘cizaña’, un tipo de planta muy parecida al trigo, que crece sin haber sido plantada y que frecuentemente es confundida con este cereal, con la salvedad que su grano con la harina que produce es tóxica, no aconsejable su consumo y he aquí una importante comparación entre el bien y el mal, las virtudes, los defectos y pecados

Pero el hecho de darle esa connotación negativa al término, la cizaña vive alentando o alimentando una situación, normalmente con intención de acrecentar alguna anomalía o disputa.

El que critica con odio para que le entiendan, solo odio recibirá de los malos y compasión e indiferencia de los buenos. Para vencer es mejor omitir la opinión adversa que se tenga de los demás, manejando, eso sí, sin dejar de reconocer con mucho respeto las virtudes que puedan tenerse del contendor.  

Por Fausto Cotes Nuñez

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